La cara más despiadada del capitalismo la vemos representada en películas como Vida y muerte en un almacén (Joseph Bullman) o Great Yarmouth de Marco Martins, ciudad costera al noreste de Londres. A las fábricas, mataderos de pavos, van a trabajar portugueses (estamos en 2009 y Portugal sufre los devastadores efectos de la crisis), a los que los ingleses llaman “pork and cheese”. Fábricas en las que el olor de la sangre y las heces se mete tan adentro que respirar es tan común como vomitar. Las zonas del envasado -cuando el pavo ya son filetitos sonrosados y no animales vivos cabeza abajo que verán sus cabezas seccionadas por cuchillos, cabezas que apiñadas en montones seguirán moviendo los picos unos segundos más- están destinadas a los ingleses.
Una portuguesa, Tânia, ha ido completando todos los círculos del infierno desde su llegada como emigrante hace décadas a Marmouth. Pero lejos de habitar un paraíso, tantos años después, Tânia sigue habitando el infierno; coloca a los portugueses recién llegados en un hotel abandonado, en habitaciones que son cuchitriles pestilentes, insalubres, mal ventilados, en donde vivirán hacinados tres personas, en un espacio mínimo.
Personas a las que se les custodia el pasaporte y se les recomienda no salir por la noche, de tal manera que su día a día consistirá en madrugar, coger un autobús que una hora después los dejará en la fábrica, y luego de vuelta al hotel. Esa será su vida, la rueda, el círculo del infierno con el que podrán ahorrar unos euros que enviar a sus países de origen. Tânia casada con un inglés no acaba formando parte del mundo de su marido. Ella y su amigo son los bufones de las veladas, objeto de burla y de un desprecio que apenas se oculta.
Detrás de este lienzo tan desolador e inhumano hay un sistema que lleva las condiciones laborales a épocas propias de la revolución industrial, que permite la vulneración de los derechos laborales, o la inexistencia de los mismos. Y si la película es demoledora, en gran medida es gracias a la portentosa interpretación de Beatriz Batarda, como Tânia.