Película: Hanna. Dirección: Joe Wright. País: USA. Año: 2011. Duración: 111 min. Género: Acción, thriller. Interpretación: Saoirse Ronan (Hanna), Eric Bana (Erik), Tom Hollander (Isaacs), Olivia Williams (Rachel), Jason Flemyng (Sebastian), Cate Blanchett (Marissa), Jessica Barden (Sophie). Guion: Seth Lochhead y David Farr; basado en un argumento de Seth Lochlead. Producción: Leslie Holleran, Marty Adelstein y Scott Nemes. Música: The Chemical Brothers. Fotografía: Alwin Küchler. Montaje: Paul Tothill. Diseño de producción: Sarah Greenwood. Vestuario: Lucie Bates.
La protagonista de esta infartante y adrenalínica producción es la joven Hanna quien vive con su padre Erik cerca del círculo polar ártico, en una cabaña. Viven cazando animales y subsisten ellos dos solos mano a mano. Él fue un agente del gobierno americano y ahora, Marissa, una antigua colega quiere cazarlo. Hanna ha sido entrenada por su padre para convertirse en una máquina de matar, así que una vez que ambos se separen para reencontrarse en Berlín, Hanna deberá poner en práctica todo lo aprendido si quiere salvar la piel, pues hay gente muy mala que la quiere ver muerta.
Luego sabremos que en su día el Gobierno americano puso en marcha un proyecto con ciertas mujeres embarazadas. Proyecto que luego fue abortada. A fin de no dejar huellas, tanto las madres como los bebés debían ser aniquilados. A la madre de Hanna la mataron, y ahora para acabar el asunto, que sigue coleando bastantes años después, es preciso matar a la adolescente.
El deambular de Hanna se nos muestra sin pausa, a un ritmo trepidante, con una música machacona de los Chemical Brothers, que te hace entrar casi en parada cardiaca, y con unas tomas donde los elementos geométricos refuerzan más si cabe la sensación de agobio que transmite la música, las imágenes y ese continuo ir hacia ninguna parte de la protagonista que se pasa todo el tiempo huyendo de sus captores.
Sin recurrir a efectos especiales ni virguerías digitales, se apuesta por la fisicidad en todas las escenas de acción y persecuciones, que hay unas cuantas, lo cual da más credibilidad y contundencia a lo visto, porque parece real, sin escamitar elementos bizarros y violencia a raudales.
La niña que da vida a Hanna está estupenda. A su lado Eric Banna y Cate Blanchett funcionan a la perfección, en especial la segunda, con un careto que encarna al mal absoluto.
Hanna me ha parecido un pasatiempo entretenido rodado en gélidos paisajes, mostrando por otra parte lo menos florido de ciudades como Berlín, e incluso pasan por España, donde no falta el típico tópico del flamenco. El director, Joe Wright, fue el autor de Expiación, Orgullo y prejuicio o El Solista. Este cambio hacia este género es cuando menos desconcertante. Al menos Wright, lo cual ya es mucho, deja su impronta.
Estoy de acuerdo con los comentarios, es una pelicula lineal, sin ritmo y mucho menos interesante de lo que “parecia” en el trailler y que me llevo a verla. Una perdida de tiempo para el espectador se podria decir…