Harry Potter y la Orden del Fénix (Harry Potter and the Order of the Phoenix, 2007)

Dirección: David Yates.
Reparto: Daniel Radcliffe (Harry Potter), Rupert Grint (Ron Weasley), Emma Watson (Hermione Granger), Helena Bonham Carter (Bellatrix Lestrange), Michael Gambon (Albus Dumbledore), Robbie Coltrane (Rubeus Hagrid), Ralph Fiennes (Lord Voldemort), Brendan Gleeson (Alastor ‘Ojoloco’ Moody), Jason Isaacs (Lucius Malfoy), Gary Oldman (Sirius Black), Alan Rickman (Severus Snape), Maggie Smith (Minerva McGonagall), Imelda Staunton (Dolores Umbridge), David Thewlis (Remus Lupin), Robert Hardy (Cornelius Fudge), Emma Thompson (Sybil Trelawney), Evanna Lynch (Luna Lovegood), Tom Felton (Draco Malfoy).
Guión: Michael Goldenberg; basado en la novela de J.K. Rowling.
Producción: David Heyman y David Barron.
Música: Nicholas Hooper.
Fotografía: Slawomir Idziak.
Montaje: Mark Day.
Diseño de producción: Stuart Craig.
Vestuario: Jany Temine.
Reino Unido, USA, 2007

Bueno, reconozco mi culpa, sé que no debería haberlo hecho, pero ha sido así: me he enganchado a la serie de Harry Potter a estas alturas, a la quinta película, sin haber visto antes ninguna de las anteriores y sin haber leído ninguno de los libros, ahora que está a punto (o ya lo ha hecho) de acabar la saga.

Cierto es que sí conocía a Harry Potter, porque este personaje es como Dios y la Pantoja, omnipresente, pero no me había atraído lo suficiente para ponerme a leer los libros o sus aventuras en pantalla grande.

Desde luego, hay que felicitar a J.K. Rowling, por conseguir enganchar a la juventud a la literatura, en unos tiempos donde la Play Station se lleva la palma. Creo que se ha merecido la inmensa fortuna que ha amasado en pocos años, partiendo de la más absoluta miseria, como diría Groucho.

El caso es que, una vez os he puesto en antecedentes, me he ido a ver la película sin llevar los deberes hechos sobre los personajes, sus relaciones, las situaciones anteriores que tienen influencia sobre las actuales, así que supongo que me habré perdido gran parte de la película, nunca mejor dicho.

El joven Potter empieza de vacaciones en Inglaterra, siendo un bicho raro, pero en medio de gente normal, pero unos extraños seres le atacan y tiene que usar su magia para defenderse, algo que está prohibido, por lo que se encuentra con problemas con las autoridades… bueno, con la trama me pierdo un poco, pero al final el chaval acaba volviendo al curso y encabezando a la cuadrilla de jóvenes magos que han de prepararse para luchar con el más malvado de todos los malvados que, cual villano que se precie, tiene muy malas intenciones para con todo el mundo.

No creo que esa explicación haya servido de mucho, pero quizás lo que más interese saber es que la película, en sus 2 horas y cuarto de duración (¡¡¡y eso que es la más corta de la saga!!!) tiene mucha acción, unas cuantas criaturas extrañas que recuerdan a otro. Al aparecer algunos de ellos en la sala de cine se oyeron gritos de Golum, Don Pinpón, Shrek, Gandalf o Willow, entre otros. Algunos de ellos fueron míos…

Cabe destacar el estupendo elenco de actores que intervienen, que podríamos separar en 2 bandos: por un lado grandes veteranos, consagrados y con tablas, y por el otro las jóvenes promesas, la cantera del cine. Tanto unos como otros, ingleses.

Sobre los veteranos, entre ellos está un irreconocible Ralph Fiennes, un comedido Gary Oldman y dos veteranos dublineses que tienen los personajes con más fuerza, Michael Gambon (Albus Dumbledore) y Blendan Greeson (Alastor Moody) y un escocés, Robbie Coltrane (Rubeus Hagrid), todos ellos con una filmografía abundante. Más pequeño que esos tres grandones, aparece Warwick Davis, conocido por ser el mítico Willow.

Muy famosos y grandes actores, están Alan Rickman y Emma Thompson, que coincidieron hace poco en Love Actually, otra película coral en lo que a actores británicos se refiere, y que también lo han hecho en la anterior entrega de la saga.

Más actrices: aparece muy poco, pero un papel de esos de loca que van al pelo Helena Bonham Carter y hay que destacar a 3 excelentes damas inglesas: Imelda Stauton, que le toca hacer de mala, Julie Walters, en un papel menor y Maggie Smith, que también tiene pocos minutos.

De los que no están ni en un bando ni en otro, me ha llamado la atención Natalia Tena, una actriz inglesa, pero de ascendencia española, de ahí su apellido. No le da mucho tiempo de lucirse, pero se le ve madera. Para que la reconozcan, es a la que al principio se le cambia de color el pelo cuando se cabrea. Al final aparece de nuevo.

De los actores jóvenes, los 3 protagonistas, Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint se han hecho lo suficientemente famosos y han hecho las insuficientes películas como para tener muy difícil quitarse de encima los personajes que encarnan en la saga. Sobre todo Radcliffe, que a pesar de haberse convertido en ídolo de jovencitas, el sambenito de Harry Potter cualquiera se lo quita. Es ver su cara e identificarlo con el personaje. No me atrevería a aventurar el futuro de ninguno de ellos, habiéndolos visto el público crecer en la pantalla.

Del resto del reparto, se podría destacar a la debutante Evanna Lynch que tiene la suerte de interpretar a la loca y enigmática Luna Lovegood, uno de esos personajes que se venden por si solos, de los mejores de la película. Cuentan que salió de un casting de 15.000 pretendientes.

Y eso que todos los personajes hay que decir que están muy bien desarrollados, también la historia, pero eso es más fácil de conseguir con varias partes anteriores. Además los personajes buenos, gustan, los malos, disgustan y los desagradables… pues lo son, como debe ser.

En otro orden de cosas, mientras veía la película, problemas de tener una mente divergente, me asaltó una duda. Me preguntaba que si hoy en día Sir Alfred Hitchcock tuviera que rodar una película de estas, con croma en cada escena, con más postproducción que rodaje, ¿cuál sería el resultado? ¿Lo aguantaría? Hay quien dice que si Shakespeare hubiera nacido en esta época hubiera sido guionista de cine, y de los buenos, de hecho ya lo está siendo, aunque no por voluntad propia. ¿Seguiría siendo Hitchcock director, o no podría rodar una de estas películas ni habría productor que le sacara adelante las de su estilo? ¿Se hubiera echado por tierra su talento?

Pues nada, esa es la reflexión que dejo.

Ah! Se me olvidaba, dicen que esta imagen también tiene su importancia, beso húmedo de rosca chapa para Harry Potter, el primero.

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