PelÃcula: Hijo de CaÃn. Dirección: Jesús Monllaó Plana. PaÃs: España. Año: 2013. Duración: 87 min. Género: Thriller. Interpretación: José Coronado (Carlos Albert), Julio Manrique (Julio Beltrán), Maria Molins (Coral), Jack Taylor (Andrew), David Solans (Nico Albert), Mercè Rovira (Patricia), Abril GarcÃa (Laura), Helena de la Torre (Diana). Guion: Sergio Barrejón y David Victori. Producción: Sebastià Mery. Música: Ethan Lewis Maltby. FotografÃa: Jordi Bransuela. Montaje: Bernat Aragonés. Dirección artÃstica: Josep Massagué. Vestuario: Núria Anglada.
Hijo de CaÃn es una producción española reciente (se estrenó en mayo) que dignifica el género patrio del terror psicólogico merced a su buen ritmo, su inteligente guión, sus notables interpretaciones y a un montaje y puesta en escena que nos guÃan sin remisión hasta un final impactante.
Pocas cosas dan tanto miedo como un adolescente sin sentimientos. Me recuerda a esa pareja demoniaca de Funny Games del film de Haneke. Nico es un adolescente, muy inteligente, que se la tiene jurada a su padre, mientras mantiene una relación más o menos normal con su madre y con su hermana pequeña. Nico hace cosas aborrecibles, de las cuales no se arrepiente en absoluto. Esto preocupa a su mentores, que toman cartas en el asunto, psicólogo mediante, quien resulta ser un antiguo novio de la madre, pero que gracias a su empeño y buen hacer, parece ser capaz de sacar a Nico de su pozo negro, hacerlo más sociable y devolverle esa humanidad (en lo que el ajedrez juega un papel importante) que parece haber perdido.
Queda por ver si esta transformación espiritual es una realidad o un espejismo, porque lo inteligente de la propuesta, es que los personajes no son lo que parecen, como si todos guardasen algún secreto, de ahà que uno no lo vea nada claro hasta que llegamos a los momentos finales.
Buena labor la de José Coronado y la David Solans, en la piel del Nico. Además, la duración de la pelÃcula, algo menos de 90 minutos, hace de la concisión virtud, para contar una historia sin irse por las ramas, concentrando la intensidad y un climax, que como debe ser en producciones como esta, va incesamente in crescendo.