Ricky D’Ambrose dirige y guioniza La Catedral. Rodada con poco más de 100.000 dólares seguimos los pasos de un niño desde su nacimiento hasta los veinte años, en el seno de una familia de clase media, con sus más y sus menos, con enfrentamientos entre el padre del niño y los padres de ella. Hay al comienzo una voz en off machacona que desluce el conjunto, dado que la pelÃcula ha de hablar a través de sus imágenes y esto se cede a la narración que da muchos detalles que son de escaso interés. Ricky fija su mirada en objetos, pueden ser cuadros, ventiladores, suelos, o personas, dotadas asà de un componente pictórico en su estatismo. Los diálogos son breves y explÃcitos, resueltos las más de las veces en discusiones parejiles o filiales. El niño va creciendo, testigo de todo esto, pero más allá de verlo crecer frente a la cámara, se nos priva de su mundo interior, de lo que piensa de su padre, su madre, sus familias, al ser un observador, como lo es también el espectador. Se insertan en el film imágenes documentales; vemos a Clinton, a Bush, las Torres Gemelas, programas en televisión, anuncios publicitarios.La vida pasa y se cuartea. Los padres del niño se acaban divorciando. La reconciliación entre los familiares resulta imposible. Ese ambiente hostil y opresivo, a pesar de todas las comodidades, queda bien registrado en planos que parecen fotografÃas.
La Catedral (Ricky D’Ambrose)
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