Dirección: Julian Fellowes.
PaÃs: Reino Unido.
Año: 2005.
Duración: 85 min.
Género: Drama.
Interpretación: Emily Watson (Anne), Tom Wilkinson (James), Rupert Everett (Bill), Hermione Norris (Priscilla), John Warnaby (Simon), Linda Basset (Maggie), John Neville (Lord Rawston), David Harewood (Inspector Marshall), Richenda Carey (Sarah Tufnell).
Guión: Julian Fellowes; basado en la novela «A way through the wood» de Nigel Balchin.
Producción: Christian Colson y Steve Clark-Hall.
Música: Stanislas Syrewicz.
FotografÃa: Tony Pierce-Roberts.
Montaje: Alex Mackie y Martin Walsh.
Diseño de producción: Alison Riva.
Vestuario: Michele Clapton.
El principal aliciente de esta pelÃcula, a primeras, serÃa su plantel actoral. Buenos actores y actrices como Emily Watson (Anne), Tom Wilkinson (James), Rupert Everett (Bill), Hermione Norris (Priscilla) se dan cita en este desangelado drama con ribetes de thriller.
Se mezcla el atropello con muerte de un ciclista con la relación a la deriva del matrimonio formado por Anne y James. A caballo entre la ciudad de Londres, (donde de nuevo vemos el edificio con forma de pepino fálico) y la campiña donde el matrimonio tiene una casa de recreo, se cimenta este laberinto de mentiras. El laberinto es bien simple. Anne está aburrida de su marido, el cual según ella le pone el listón muy alto, y nunca está a la altura y encuentra en los brazos y el falo de Bill una relación cómoda, donde él no espera nada de ella, más que una rista de revolcones, lo cual para ella, ya es más que suficiente, tanto como para mandar a paseo a su marido e iniciar una relación con Bill.
Por otro lado, el thriller se explaya en saber quién es el asesino involuntario del ciclista, para más señas, marido de la doncella del matrimonio. Todas las pistas apuntan en una dirección, en la que James husmea hasta que descubre algo que desbarata sus planes, su sentido cÃvico y del deber para meterse por andurriales ignotos, de los cuales no sabe como saldrá.
La pelÃcula rodada como un telefilm, se presta a ser llevada al teatro, en su aspecto formal, pero su magma narrativo, esas mentiras laberÃnticas, resultan demasiado simples y neutras como para causar el menor impacto en el espectador, lo cual hace que su visionado resulte ameno pero nada desasogante ni emocionante. Salvan la papeleta los actores, en esta historia que da muy poco de sÃ.
Tom Wilkinson en cuak | El exorcismo de Emily Rose | A good woman | En la habitación
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