Con otra producción de asesinos en serie hemos topado. La película es polaca. Los crímenes se suceden en Breslavia, a las seis de la tarde, a razón de un muerto por día. Mirando libros antiguos se ve que los crímenes siguen la misma cronología que una plaga de antaño. Crímenes que ajustician a los calumniadores, codiciosos, esclavistas… y que nos conduce irremediablemente a la película Seven.
La particularidad viene porque el asesino en serie es una mujer, que comete sus crímenes con precisión extrema, aunque dentro de sus planes también está el dejarse cazar, pues todos estas muertes atienden a un fin, a buscar el alivio a su situación familiar desesperada.
Al frente de la investigación está la ceñuda Helena, a quién se sumará Magda, especialista en terrorismo. Es una película de mujeres; la forense también lo es. Los pocos hombres que aparecen son o unos panolis o perfectos estúpidos.
Al contrario que en otras películas parecidas en donde el único misterio pasa por saber quién es el asesino, aquí ésta incógnita se resuelve bastante pronto.
La película está rodada en la bella ciudad de Breslavia. La actriz que da vida a Helena ( Małgorzata Kożuchowska) parece estar empanada y siempre de mal humor toda la película. Y en cuanto a la investigación tiene poco que investigar porque se lo ponen todo en bandeja. Y al final, como veremos incluso le hacen un favor.
No brilla la película por su originalidad, así que la cuestión pasa por ver cómo se resuelven los distintos crímenes, para demostrar el buen hacer de la asesina. Lo que la película sí tiene es muy buen ritmo, y necesidad de ser explícita, con imágenes que parecen sacadas del cine gore. Para salir del manido cine americano y caer en el cine polaco, igual de manido, tiene un pase.