Eko, que no sabíamos si estaba muerto o no después de ser atacado por un oso polar. Dice “hermano, hermano” y como Lázaro en su regreso al reino de los vivos, se levanta y va al encuentro éste (había muerto en la avioneta que transportaba droga). Locke, Sayid, Hugo, Charlie, Nikki y Paulo van en su búsqueda.
Vemos lo que pasó después de que el hermano de Eko huyera en la avioneta. Eko pasó a ocupar el lugar de su hermano en la iglesia, haciéndose pasar por cura. Un día recibe la visita de unos mafiosillos que trafican con los medicamentos que reciben. Estos se quedan una jugosa parte del cargamento a cambio de su protección.
Eko recibe la visita intimidatoria del mafiosos y dos de sus hombres que acaban muertos, por obra y gracia de Eko, que los despacha a machetazos, lo cual pone al poblado en su contra. “Vendrán otros igual o peores que estos”, le dice una lugareña, al tiempo que con tablas, el pueblo decide cerrar la Iglesia pues Eko no les parece que sea un persona digna de llevar el hábito, ni de pisar una Iglesia.
Eko es golpeado por una nube negra, y logra hablar con su hermano, al que le dice que no se arrepiente de lo que ha hecho. Tras el ataque de la nube negra, expira. Antes de hacerlo le dice algo a Locke. “Vosotros seréis los siguientes”.
Locke y compañía van a lo que queda de la escotilla y ven unos monitores, con un video en el que se dice que hay seis estaciones conectadas. Sayid experto en comunicaciones toca algo y se ve en una imagen a un hombre con un parche en el ojo que tapa la cámara que le graba.
Nikki y Paulo.