TÃtulo original: Una mujer fantástica
Año: 2017
Duración: 104 min.
PaÃs: Chile
Dirección: Sebastián Lelio
Guion: Sebastián Lelio, Gonzalo Maza
Música: Mathew Herbert
FotografÃa: BenjamÃn Echazarreta
Reparto: Daniela Vega, Francisco Reyes, Luis Gnecco, Aline Küppenheim, Amparo Noguera, Alejandro Goic, Antonia Zegers
Puntuación: 7,8
Una mujer fantástica es la segunda pelÃcula que veo del director chileno Sebastián Lelio, tras su estupenda Gloria. Cuenta con guion de Sebastián Lelio y Gonzalo Maza y una actriz que hace un papelón: Daniela Vega. Al igual que comentaba el otro dÃa al ver Handia, Una mujer fantástica, pone encima de la mesa lo difÃcil que resulta a la sociedad admitir la diferencia. En Handia era la altura descomunal de un muchacho, aquà la condición sexual de Marina lo que está en juego, lo que es objeto de escarnio, de censura, por parte de cuantos orbitan a su alrededor. Marina mantiene una relación con Orlando, un hombre que le dobla la edad, el cual muere una noche que están juntos. Ella lo lleva al hospital y allá muere. Por una serie de circunstancias Marina ve más pronto que tarde cómo enseguida todos la cuestionan, desde el médico que atiende a Orlando, hasta el policÃa que le toma la declaración a Marina queriendo ver lo que pone su cédula de identidad, pues no acepta lo que Marina le dice ser. Más tarde será la ex de Orlando, sus hijos, la policÃa que investiga el caso, todos con sus palabras, con su actitud, no hacen otra cosa que censurar a Marina, cuestionarla, mofarse de ella o llegado el caso, vejarla. Todo ello como un rechazo explÃcito hacia un hombre que quiere ser mujer, que se siente como tal, una condición sexual que parece que a muchos les escuece, les aguijonea y no les basta con ponerse a la defensiva sino que algo les impele a ser proactivos en su rechazo, en su intransigencia, en su maldad y falta de empatÃa, pues no ven a una mujer, ven otra cosa, ¿tú qué eres?, le arrostran a menudo a Marina, que apechuga con las afrentas como puede y sin amilanarse porque tiene dos opciones o irse a llorar un rincón o dar la cara -aunque se la partan- y Marina que es una luchadora opta por la segunda, por pelear, por luchar, por ser dueña de su vida, aquella que quiere vivir, siendo lo que quiere ser, sin que nadie en ningún momento, tras el luctuosa lance le pregunte nunca cómo está, cómo se siente, cual es la magnitud del vacÃo que Rolando ha dejado en ella con su ausencia, qué queda de ese futuro que se pensaban compartido.
Una pelÃcula fantástica. Buena reseña. Daniela es genial.