Dirección: Peter Chelsom.
Reparto: John Cusack (Jonathan Trager), Kate Beckinsale (Sara Thomas), Jeremy Piven (Dean), Molly Shannon (Eve), John Corbett (Lars Hammond), Bridget Moynahan (Halley Buchanan), Eugene Levy (Macall Polay), Lucy Gordon (Caroline Mitchell), Kate Blumberg (Courtney).
Guión: Marc Klein.
Producción: Peter Abrams y Robert L. Levy.
Música: Alan Silvestri.
Fotografía: John de Borman.
Montaje: Christopher Greenbury.
Diseño de producción: Caroline Hanania.
Dirección artística: Tracey Gallacher, Andrew M. Stearn y Tom Warren.
Vestuario: Marie-Sylvie Deveau y Mary Claire Hannan.
Decorados: Catherine Davis y Carol Lavoie.
USA 2001
En mi cruzada personal contra los traductores de películas, con los que me meto en una peli sí y otra también, tengo que decir que más fácil que esta ocasión no lo tienen. Seredipity tiene traducción al castellano, Serendipia, por lo que dejar el original en esta ocasión y hacer las escabechinas que hacen en otras, no tiene ningún sentido. Vale que la palabreja no es muy elegante que digamos, pero no menos que la original.
En cualquier caso, vamos a empezar por el principio y explicar lo que es una serendipia. En la película la protagonista, Sara, lo explica como un accidente afortunado que sucede, a la hora de hablar del nombre del bar en el que van a tomar algo ya que se llama Serenditipy 3 y si no me equivoco es un bar real de Nueva York (que más quisiera que poder confirmarlo por haber estado allí). Los traductores no se molestan, claro está, ni de nombrar la palabra en castellano (cierto es que no aparece en el Diccionario de la Academia de la Lengua, pero su uso se está generalizando). Las serendipias suelen referirse de forma mayoritaria al mundo de la ciencia, descubrimientos realizados por casualidad o al de la literatura, autores que han hablado sobre algo antes de ser conocido, que luego ha resultado ser tal cual lo explicaban. En cualquier caso se puede aplicar también en sentido general como se hace en la película.
La historia es la de una pareja que coincide en unos grandes almacenes, tras un amistoso altercado con unos guantes se van juntos a tomar un café y pasan un rato muy agradable, parecen hechos el uno para el otro, pero cada cual tiene su vida y se han de separar, esperando que el destino los junte de nuevo. Esto no tarda en suceder, porque unos minutos después, ambos recuerdan haber olvidado algo en la mesa y vuelven al mismo lugar al mismo tiempo.
Entonces deciden pasar unas horas juntos, patinar en Central Park y charlar. Parecen hechos el uno para el otro, pero ella quiere estar segura, por lo que realizan un “juego” de subir por los ascensores del Hotel Waldorf. Si ambos seleccionan el mismo piso, será que están hechos el uno para el otro. Ambos lo hacen, pero una serie de incidentes impedirán que lleguen a encontrarse, por lo que se separan definitivamente.
Antes de eso, él había escrito su nombre en un billete de 5 dólares, con el que habían pagada y ella en la primera página de un libro, El amor en los tiempos del cólera (G. García Márquez), que vendió en una tienda de 2ª mano, por lo que ambos todavía disponían de una remota posibilidad de encontrarse de nuevo.
Quedando así las cosas, la acción se traslada a 5 años más adelante (con una curiosa escena que simboliza el paso del tiempo), cuando Jonathan está a punto de casarse, pero un “bombardeo de Saras” le hace recordar a todas horas a aquella chica. A ella le pasa algo parecido y varias señales le indican que debe ir a buscarlo. Ambos han estado todo ese tiempo mirando respectivamente los reversos de las portadas de “El amor en los tiempos del cólera” en las librerías de 2ª mano y los billetes de 5 dólares, en busca de esa pista sobre el gran amor perdido.
Ambos están comprometiéndose con unas parejas a la que no consideran la ideal, por lo que en un último impulso se lanzan en círculo ha buscarse el uno al otro. Podemos suponer cómo va a acabar la cosa, pero la gracia está en seguir el viaje que ellos mismos realizan.
En la película hay muchos toques románticos, también destaca el humor y las citas cinéfilas, se hace referencia a varias películas: La Leyenda del Indomable, El Mago de Oz, El Padrino (y la 2), etc. Incluso hay referencias astronómicas y mitológicas a Casiopea (que dudo pueda verse desde el centro de Manhattan). En algunos aspectos recuerda a Alta Fidelidad, también protagonizada por Cusack, con un personaje similar.
Porque, efectivamente, John Cusack es el protagonista, y la chica Kate Beckinsale, que forman una buena pareja, aunque sólo los vemos juntos en el chispeante encuentro inicial y, ¿puede que al final?
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me puedes decir donde stan las referencias al padrino, al mago de oz???? no las veo por ninguna parte…
me puedes decir donde estan las referencias del Padrino, de la Leyenda del Indomable y del Mago de Oz de esta peli????
Bien visto, por cierto, me han dicho que todas las londinenses son como la Kate Beckinsale esta, que nació allí 😉
«Senredipity» ¿?
«Seredipity» ¿?¿?
😉