Una pareja polaca pasa unos dÃas de vacaciones en una isla italiana. Se alojan en una preciosa casa con piscina frente al mar. La piscina no está operativa e instan con altivez al casero a que solucione el problema. No les importa la carestÃa de agua. Acude un joven árabe a realizar el arreglo. Sufre un accidente, cae de espaldas y muere ahogado en la piscina.
Las pesquisas policiales, auxiliadas con las grabaciones hacen suponer que la pareja no hizo todo lo posible por socorrer al joven. La policÃa tampoco insiste mucho en el tema, porque los turistas como ellos siempre son bienvenidos, sin tener en cuenta su catadura moral. El trato deparado a los migrantes es otro distinto y su muerte parece no importarle a nadie.
Tras este acontecimiento la pareja (glacial y contenida) ve ensombrecida la convivencia. Parece que puede ser el sentimiento de culpa, como si fuese un virus, pero incapaz de infectarlos, pues ambos siguen en sus trece, echando balones fuera, buscando justificar su acción, en este caso, inacción. La segunda mitad de la pelÃcula resulta reiterativa y no avanza abundando en subrayados, forzados y sobrantes.
La escena final nos deja la imagen de ese remordimiento que a partir de ahora, quieran o no, será para la pareja un tercero en discordia.