Año: 2018
PaÃs: Francia
Director: Érick Zonca
Guion: Érick Zonca, Lou de Fanget Signolet (Novela: Dror Mishani)
Música Rémi Boubal
FotografÃa: Paolo Carnera
Reparto: Vincent Cassel, Romain Duris, Sandrine Kiberlain, Elodie Bouchez, Jérôme Pouly, Charles Berling, …
Género Thriller. Cine negro
Toca hablar hoy de Fleuve noir, producción francesa dirigida por Érick Zonca, a la mayor gloria del actor Vincent Cassel, basada en la novela del israelita Dror Mishani, publicada en España bajo el tÃtulo Expediente de desaparición.
No es nada novedoso que el inspector encargado de la resolución de un caso sea un alcohólico (ahà tenemos a Harry Hole, por citar uno), separado, con una problemática relación con su hijo adolescente enfangado en el trapicheo de las drogas, abocando a su padre a la disyuntiva de o bien dejar que caiga sobre su hijo todo el peso de la ley, asà pulverizado, o bien mediar para librarlo de la trena, permitiendo su regreso a las calles desérticas oficiando entonces de camello.
El caso a resolver es la desaparición de un joven, que como cada dÃa fue camino de la escuela y ya no regresó. La madre del adolescente se muestra destrozada. El padre, trabaja en un carguero y no aparece hasta pasadas unas cuantas semanas. El matrimonio, además del hijo desaparecido tiene una hija con discapacidad mental. En el inmueble, hay una sombra acechante, la de un profesor de francés que conocÃa al joven y desempeña un papel crucial en la resolución del caso, siendo al mismo tiempo el principal sospechoso, a medida que el ovillo se va cardando y afloran distintos hilos como la presunta homosexualidad del joven, los posibles escarceos de este en el bosque próximo a la vivienda: terreno abonado para el cruising, y unas relaciones entre todos los miembros de la familia, que como se verá, todos los ajenos parecen desconocer, o no.
Cassel aparece muy pasado de rosca, en pos de una imagen que resulte lo más patética posible: desgreñado, barbudo, descuidado, apestando a alcohol, dueño y señor de un caminar bamboleante más que zigzagueante y de unos prontos violentos y apetitos sexuales que se ven correspondidos en una cinta que se pasa la moralidad por el forro y resulta tan extremada como subyugante.
Fleve noir, traducida al castellano como Sin dejar huellas, es un buen producto noir francés, sobrio, acerado y muy bien resuelto.
Para acabar, comentar que como sucedÃa en otras pelÃculas que he visto y comentado no hace tanto, encuentro elementos comunes con esta (hablo de El autor, En la casa), en lo que tiene que ver con el papel que juega la literatura como constructora de realidad y en ese caso, el papel que juega el escritor, cuando este se cree nada menos que un demiurgo, al intervenir con fórceps sobre la alumbrada realidad para con los resultados asà obtenidos, alimentar la hoja en blanco cuando la inventiva no es capaz de hacer su trabajo.
Pinta muy bien y Cassel me encanta asà que quiero verla. Duris es también un grande. Desde que lo vi en Exils flipo con él