Dirección: Danny Boyle.
País: Reino Unido.
Año: 2007.
Duración: 107 min.
Género: Ciencia-ficción, thriller.
Interpretación: Rose Byrne (Cassie), Cliff Curtis (Searle), Chris Evans (Mace), Troy Garity (Harvey), Cillian Murphy (Capa), Hiroyuki Sanada (Kaneda), Benedict Wong (Trey), Michelle Yeoh (Corazón), Mark Strong (Pinbacker), Paloma Baeza (hermana de Capa).
Guión: Alex Garland.
Producción: Andrew Macdonald.
Música: John Murphy y Underworld.
Fotografía: Alwin Kuchler.
Montaje: Chris Gill.
Diseño de producción: Mark Tildesley.
Vestuario: Suttirat Anne Larlarb.
Sunshine pasó sin demasiado éxito en su estreno en los cines y no entiendo el porqué. Sabemos que cuando hay naves de por medio uno inconscientemente piensa en Aliens y en criaturas monstruosas devorando a los ocupantes de la nave. En esta ocasión la nave Ícaro II (la Ícaro I desapareció rumbo al sol) y sus tripulantes tienen por misión ir hasta el sol y hacer estallar allí una bomba que llevan en la nave. La explosión hará que se cree una nueva estrella similar al sol, el cual se está apagando, y poder así seguir calentando la Tierra, haciéndola habitable.
Danny Boyle maneja con astucia los recursos de los que dispone y no se le va la mano con los efectos especiales. Recrea con espectacularidad el interior de la nave y la puesta en escena es soberbia al igual que la fotografía, con un diseño de producción encomiable. La tragedia se masca y enseguida la tripulación va tomando nota de su situación, saben que su vida vale poco o nada, pero que la misión a realizar es transcendental. Está en juego nada menos que la supervivencia de la especie humana, así que no hay que escatimar ni esfuerzos ni vidas. Por supuesto que hay monstruo que aparece en las postrimerías del film y éste tiene forma humana.
Boyle alterna un ritmo pausado, como si los personajes se movieran al ralentí cuando dejan la nave y flotan en el espacio, con otros en los que se encadenan ráfagas de planos, en el caso de las persecuciones y las explosiones. Las interpretaciones nada altisonantes, ni tampoco reseñables, cumplen su cometido, y salen enseguida a flote los más y los menos propios de los diferentes carácteres que entrán en colisión. En la nave van hombres y mujeres de todas las razas (menos negros, algo curioso ya que siempre predomina lo multiracial cuando un grupo de gente heterogéneo aparece en la pantalla) y serán estas las que pongan algo de paz en el ambiente. Otro punto a su favor es que las mujeres no se convierten en el objeto del deseo de los hombres, a las que muy a menudo quedan reducidas, con prendas apretadas que solo sirven para aumentar la temperatura del personal. Aquí las vemos deambular con prendas sueltas que no marcan lo más mínimo. ¿Se imaginan a Jessica Alba en alguna película sin un prenda que se ciña a su cuerpo como una segunda piel?. Boyle busca otra cosa.
Seguro que el escaso éxito de Sunshine viene por su ritmo pausado, por que era previsible unas mayores dosis de adrenalina, un ritmo frenético, sin tregua, con explosiones por doquier y la nave hecha añicos, con gente corriendo como loca dando gritos delante de un bicho y con final feliz incluído.
Boyle ofrece un espectáculo de trazos finos y vívidos colores. La muerte esté presente y cada acción les acerca más a ella. La renuncia y el sacrificio se hermanan mientras las pupilas brillan reflejando el sol, que reduce el hueso a polvo. El hombre quiere ser como Dios e igualarse con él en su capacidad de crear vida.
Vemos caras conocidas en la tripulación. Chris Evans (Los cuatro fantásticos), Cillian Murphy (que ya trabajó con Boyle en ), Michelle Yeoh (la cual no se prodiga en películas de género fantástico).
En definitiva decir que Sunshine me ha gustado con esta película a la que clasificaría dentro del género Fantástico-Chilled out. Un director muy a tener en cuenta, que ya nos ha dado muchas satisfaciones con películas como Trainspotting, 28 días después, La playa…
Otra crítica de Sunshine en cuak