Título original: Bad lieutenant: Port of call New Orleans. Dirección: Werner Herzog. País: USA. Año: 2009. Duración: 110 min. Género: Drama, policiaco, Thriller. Interpretación: Nicolas Cage (Terence McDonagh), Eva Mendes (Frankie), Val Kilmer (Stevie Pruit), Jennifer Coolidge (Genevieve), Xzibit (Big Fate), Fairuza Balk (Heidi), Brad Dourif (Ned), Michael Shannon (Mundt), Shawn Hatosy (Armand). Guión: William Finkelstein; basado en el guión de Victor Argo, Paul Calderon, Abel Ferrara y Zoë Lund para la película “Bad lieutenant” (1992). Producción: Alan Polsky, Gaby Polsky, Stephen Belafonte y Randall Emmett. Música: Mark Isham. Fotografía: Peter Zeitlinger. Montaje: Joe Bini. Diseño de producción: Tony Corbett. Vestuario: Jill Newell. Distribuidoras: Wide Pictures y Aurum.
La historia transcurre en Nueva Orleans, ciudad arrasada por el Huracán Katrina, lo cual casa muy bien con la degradación del personaje principal, un policía que deambula por el lado más salvaje de la vida, abusando de las drogas, liado con una prostituta y manteniendo turbios negocios con los traficantes de drogas locales. Precisamente, una de las escenas iniciales va de un preso que está encarcelado mientras el agua va inundando la trena y los policías que lo custodian se mofan del recluso diciendo que lo dejarán morir ahogado.
Nicholas Cage no es santo de mi devoción, y aquí lo encuentro todavía más pasado de rosca de lo habitual, como si hubiera dejado temporalmente Las Vegas, le hubieran dado una chapa dorada que hace las veces de placa policial y lo hubieran puesto a patrullar por las calles anegadas de Nueva Orleans, sumido en una espiral de autodestrucción, de la que parece no ser capaz, ni desear sobreponerse.
No he visto la original de Abel Ferrara, al igual que el director de la pelicula Werner Herzog, así que no entraré en comparaciones (aunque parece ser que el deseo de Herzog no era hacer un remake, de ahí que la historia cambie de emplazamiento y de título. A pesar de haber merecido los beneplácitos de la crítica a mí me ha resultado bastante aburrida, porque en ningún momento el protagonista (y aún menos la historia) me ha removido nada, así que me importa bastante poco su periplo, sus corruptelas y tejemanejes, su adición al polvo blanco o la fortuna de tener una mujer con el cuerpo de Eva Mendes con quien disfrutar los parabienes del sexo. Asentado en la indiferencia más absoluta, el toque surrealista de ciertas secuencias vistas desde el punto de vista de los caimanes o ese ganster coreográfo me deja más frío que un farola en Umea.
Confirmar que Eva Mendes es a día de hoy la presencia femenina más sexy que podemos encontrar en una sala de cine. Si algo hay de bueno en la película es ese ambiente asfixiante y pegajoso que amortaja a quienes allí viven.