Transamerica crítica película

Dirección y guión: Duncan Tucker.
País: USA.
Año: 2005.
Género: Drama, comedia.
Interpretación: Felicity Huffman (Bree), Kevin Zegers (Toby), Fionnula Flanagan (Elizabeth), Elizabeth Peña (Margaret), Graham Greene (Calvin), Burt Young (Murray), Carrie Preston (Sydney), Venita Evans (Arletty)
Producción: Linda Moran, Rene Bastian y Sebastian Duncan.
Música: David Mansfield.
Fotografía: Stephen Kazmierski.
Montaje: Pam Wise.
Dirección artística: Mark White.

Toby 16 años: su madre se suicidó, su padre se cambió de sexo, su padastro abusó de él..toma drogas y hace de chapero para ganar unos dólares. ¿participante del programa El diario de Patricia?. No. Estos son algunos de los elementos con los cuales Duncan Tucker guionista y director de la película, hace una agridulce comedia, con una impagable Felicity Huffman (Bree), en el papel de una transexual, la cual a pocos días de que le practiquen una operación en la que le quitarán el pene y culminará así su transformación en mujer, recibe una llamada de un joven preguntando por su padre.

Ese hecho altera todos sus planes. No le otorgarán el permiso para operarse si la terapeuta no lo cree conveniente y ello pasa por ir al encuentro del joven y contarle su nueva situación. Bree va a Nueva York, paga la fianza, se hace pasar por un cristiana de una asociación dispuesta a ayudarle y los dos juntos a bordo de un destartalado vehículo deciden cruzar los Estados Unidos rumbo a Los Ángeles, dónde Toby pretende buscar a su padre.

Este viaje exterior se convierte del mismo modo en un viaje interior, en un volcado de emociones y sentimientos que irán aflorando involuntariamente a medida que Toby y Bree vayan conociéndose. La indiferencia irá dejando paso al entendimiento. Bree deberá mirar la realidad a la cara, sin esconderse, asimilando que Toby es parte de su vida, que no puede dejarlo solo, y asumir su papel (de padre o de madre).

Hay momentos hilarantes como el encuentro entre Toby y su familia (fenomenal Flanagan en el rol de la madre desquiciada e histriónica) o la escena en el restaurante.

Felicity Huffman está inmensa, es capaz de emocionar y espolearnos en el asiento, con su transformación, ya no física, sino espiritual, ese renacer, esa oportunidad que tiene de ser madre, de darle a ese joven «el padre» que está buscando, ofreciéndole no ya un futuro, sino una mano amiga. Que sepa que puede contar con ella.