Uno de los besos más inspirados de la historia del cine. Ahora que en Navidad ha de reinar el buen rollo ya sabéis, hay que besarse. Quizás no pueda ser en la orilla de la playa, mecidos por las olas, como Deborah Kerr y Burt Lancaster en De Aquà a la Eternidad, pero, ¿a quién le importa?
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