28 Semanas Después (28 Weeks Later, 2007)

Dirección: Juan Carlos Fresnadillo.
Interpretación: Robert Carlyle (Don), Rose Byrne (Scarlet), Jeremy Renner (Doyle), Harold Perrineau (Flynn), Catherine McCormack (Alice), Imogen Poots (Tammy), Idris Elba (general Stone), Mackintosh Muggleton (Andy).
Guión: Juan Carlos Fresnadillo, Enrique López Lavigne, Rowan Joffe y Jesús Olmo.
Producción: Andrew Macdonald, Allon Reich y Enrique López Lavigne.
Producción ejecutiva: Danny Boyle y Alex Garland.
Fotografía: Enrique Chediak.
Montaje: Chris Gill.
Diseño de producción: Mark Tildesley.
Vestuario: Jane Petrie.
Reino Unido, 2007

Durante la promoción de esta película he visto al canario Juan Carlos Fresnadillo intentando justificar porqué ha hecho esta película, diciendo que la primera parte, 28 Días Después, le parecía una de las mejores películas del género hecha en los últimos años y que los productores, sobre todo Danny Boyle, querían la mirada que de Londres podría dar un extranjero que no la conozca tanto (el director también participó en el guión).

Sr. Fresnadillo, no hace falta que se justifique. Parece que a los españoles siempre nos puede el sentido de la inferioridad respecto a los extranjeros y la culpa de venderse a un mercado de otro país, como si traicionáramos al nuestro. No hay nada de malo en trabajar con un equipo extranjero y rodar en inglés y si Boyle vio Intacto y le gustó el estilo, pues está bien que haya cogido a ese mismo director para un proyecto como este.

Fresnadillo ha dirigido bien, pero no he visto un estilo muy distinto al de la primera parte. En las escenas de acción se sigue metiendo el sonido a 1000 y las 24 imágenes por segundo son de planos diferentes, con lo que no se consigue ver nada en claro, solamente primeros planos sangrientos y acelerados. Como licencia del director solamente he apreciado la camiseta del Real Madrid que lleva al principio el niño protagonista y que tanto él como su hermana se habían “librado” de todo permaneciendo en España.

Otra cosa que no me gusta de Fresnadillo es que diga que esta no es una película de zombies. Vale, lo que el quiera, pero tanto muerto que revive y que se alimenta de los humanos no contagiados, que se vuelven medio locos y los atacan y que se dedican a ir persiguiéndolos sin otro afán y sin mucho pensar… Además recuerda mucho a una película que SI es de zombies que se estrenó hace poco, El amanecer de los muertos, que era un digno remake del original de George A. Romero, que TAMBIÉN hace películas de zombies, y a mucha honra, faltaría más.

Esta película yo también la definiría como una de las clásicas de zombies. Para el que no viera 28 Días Después, la historia trataba de unos monos infectados con un virus que empezaron a contagiar a los humanos, volviéndolos unos seres incontrolables y con un insaciable apetito por la carne humana (i.e. zombies). En esta segunda se retoma la historia 28 semanas después de aquella, cuando en el Reino Unido la infección ha sido controlada, no queda nadie infectado y se está intentando repoblar Londres. Pero una mujer que no ha desarrollado la enfermedad pero es portadora, la transmite con lo que la infección se vuelve a propagar.

Como siempre, los militares, mientras todo el planteamiento era teórico, lo tenían todo controlado, mientras no tenían que hacer nada, lo seguían teniendo controlado, pero cuando les toca entrar en acción, la cosa se les descontrola y ni todos los bombardeos del mundo sobre Londres, ni el fuego, ni las armas químicas consiguen que tengan todo bajo control.

Cierto es que la acción en la película engancha bastante, pena de que sean las imágenes tan aceleradas, como comentaba. Las interpretaciones también están a la altura de la trama. Me ha gustado la doctora que interpreta Rose Byrne (vista recientemente en Sunshine, también de Boyle o María Antonieta), que consigue aportar naturalidad y firmeza a su personaje, así como Jeremmy Renner, el militar que la acompaña. También los niños están muy creíbles, tanto Imogen Poots, jovencísima actriz con más experiencia en el teatro que en el cine, pero cuyo marcado rostro y enormes ojos le harán abrirse camino, como el niño, también de nombre peculiar, Mackintosh Muggleton, debutante en esto de la interpretación.

Otros nombres más conocidos en el reparto son los de Robert Carlyle, cuyo idilio con el aquí productor Danny Boyle viene desde Trainspotting, Catherine McCormack, que a pesar de sus años de experiencia la sigo recordando por su papel en Braveheart, o Harold Perrineau, rostro conocido para todo fan de la serie Lost.

Destacaría también la música, pero el volumen que le ponen, más cuanta más acción tiene la escena, hace que estés deseando que la quiten de una vez y llegue otro momento de calma, porque es insoportable en algunos momentos.

Me llama mucho la atención dentro de la película esas escenas de la ciudad de Londres tan peculiares, con las calles vacías, muchas de ellas vistas con tomas aéreas. Supongo que estén retocadas por ordenador para quitar la gente y el tráfico, pero sí es cierto que resultan estremecedoras por la sensación de devastación que transmiten. Entre las curiosidades, por ejemplo, el interior del estadio de Wembley cuando rodaron la peli estaba todavía en construcción, por lo que las imágenes que se ven son el Millenium Stadium de Cardiff.

Por mi parte no he estado nunca en Londres, pero ya tengo los billetes para ir dentro de poco, así que mi visión de la ciudad es también como dice Fresnadillo, la de un extranjero. La fotografía es excelente, y las imágenes de la capital, a pesar de la basura esparcida por algunas de sus calles, dejan ganas de ir a verla. Claro que allí te encontrarás con muchísima más gente, y muchísimos más atascos, supongo yo.

Bueno, vayan a verla, porque habrá tercera parte, porque la segunda acaba embocándola… siempre nos quedará París!

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