Dirección: Paul Greengrass.
PaÃs: USA.
Año: 2007.
Duración: 111 min.
Género: Acción, drama, thriller.
Interpretación: Matt Damon (Jason Bourne), Julia Stiles (Nicky Parsons), Joan Allen (Pamela Landy), David Strathairn (Noah Vosen), Paddy Considine (Simon Ross), Scott Glenn (Ezra Kramer), Edgar RamÃrez (Paz), Albert Finney (Dr. Albert Hirsch).
Guión: Tony Gilroy, Scott Z. Burns y George Nolfi; basado en un argumento de Tony Gilroy; sobre la novela de Robert Ludlum.
Producción: Frank Marshall, Patrick Crowley y Paul L. Sandberg.
Música: John Powell.
FotografÃa: Oliver Wood.
Montaje: Christopher Rouse.
Diseño de producción: Peter Wenham.
Vestuario: Shay Cunliffe.
Tercera y parece ser que última entrega de la saga de Bourne, si bien el final queda abierto, pues ya se sabe que mientras hay vida hay esperanza. El desmemoriado Bourne comienza a recordar como se convirtió en una máquina de matar. Como se puso a disposición del Gobierno Americano para arrancar las malas hierbas,haciendo uso de las armas y eliminando si rechistar los objetivos que le propusieran.
Lo que no se puede discutir es que la pelÃcula tiene un ritmo endiablado, trepidente. Para ello abundan las localizaciones. Bourne cambia de escenario como Dantés de pañuelo. Se ruedan escenas en diferentes paÃses: España, Francia, Italia, Marruecos, Gran Bretaña, Estados Unidos.
El argumento no da mucho de sÃ, no esperemos por tanto sesudos diálogos y la espectacularidad de las persecuciones en coche o las huÃdas por los tejados son lo que priman. Ahà sà que resulta vibrante y la pelÃcula chorrea adrenalina. Sin apenas efectos especiales (ni pantallas azules) lo que vemos se nos antoja real y la fisicidad de Bourne resulta creÃble. Las correrÃas de éste por los tejados de las casas en Marraquek, por ejemplo, te quitan el resuello y te dejan con la lengua fuera.
Una vez que Bourne recuerda y lo hace poco a poco con flashes en los que va reviviendo su vida anterior, quiere poner fin a todo ello, volver al origen, al lugar donde dejó de ser David para convertirse voluntariamente en un asesino. Le siguen la pista desde la CIA y quieren quitarlo del medio a toda costa, antes de que pueda desvelar información que no debe ver la luz. Bourne a pesar del acoso que sufre recibirá la ayuda de la agente Nicky Parsons y de Pamela Landy.
Una pelÃcula que se nos vende como de acción ha de tenerla y Bourne en ese aspecto no defrauda. Pocas veces he visto en un cine persecuciones de coches y de personas tan espectaculares (me viene en mente Déjà Vû, o Casino Royale). El director Paul Greengrass (United 93) hace uso de la cámara en contÃnuo movimiento, pero sin obligarnos a echar los higadillos, lo que le imprime una mayor velocidad y dinamismo a lo que vemos.
Bourne no pasa ni un solo segundo recostado, en un sofá o una cama, sino que está todo el tiempo de aquà para allá, soltando mamporros, sacando brillo a su pistola, ahogando a sus perseguidores, correteando por azoteas, rompiendo ventanas y ablandando sus huesos contra el asfalto, bajando escaleras, poniéndose a remojo, etc…
Quien quiera ver una pelÃcula de acción a raudales con El Ultimatúm de Bourne disfrutará mucho.
Matt Damon que vuelve a ser de nuevo Bourne, tiene el honor según cuentan de ser el actor más rentable en taquilla. Nada dado a las caracterizaciones, como ya comentamos en su dÃa y lo acrediatamos con fotos en las que siempre luce el mismo careto y aspecto fÃsico, este joven actor con cara de angelito, sigue sin despeinarse haciendo caja. Quizá mas adelante vuelva a hacer pelÃculas como El indomable will Hunting pero de momento queda claro que el cine de acción se le da muy pero que muy bien.
El caso Bourne | El mito de Bourne
me gustó mucho. damon genial. acción mucha y buena.