Atasco en la nacional crítica película

Dirección: Josetxo San Mateo.
País: España.
Año: 2007.
Duración: 90 min.
Género: Comedia.
Interpretación: Pablo Carbonell (Manuel), Anabel Alonso (Soledad), Ana María Polvorosa (Estíbaliz), Luisber Santiago (Sergio), Christian Casani (Alex), Roberto San Martín (Ronaldo/Arnaldo/Waldo/Osvaldo), Bárbara de Lema (Begoña), Malena Gracia (Malena), Carles Castillo (Pau), Antonio de la Fuente (Iñaki), Richard Collins Moore (John).
Guión: Javier Muñoz y Josetxo San Mateo.
Producción: José G. Jacoste, Álvaro Zapata y Ximo Pérez.
Música: La Curva.
Fotografía: Ángel Luis Fernández.
Montaje: José Salcedo.
Dirección artística: Rafael Jannone.
Vestuario: José Miguel Carbonell

Cuando llegan las vacaciones miles de personas cogen el coche y se van en estampida a las playas, buscando el sol y el descanso. La familia Montoro, es una de esas familias que dejando Getafe y camino de Cullera queda atascada en la carretera.

El periodo vacacional playero puede dar mucho de sí, ya que todos los que nos hemos ido de vacaciones en agosto a Benidorm, Torrevieja o Salou podríamos contar anécdotas muy graciosas y la película incide en todos esos momentos que son típicos de las festividades veraniegas. A saber: atascos en la nacional camino del destino, hoteles que no mantienen las reservas por llegar fuera de hora, madrugones para colocar la sombrilla en la playa, urgencias para comer, atracones en los buffet libre, espaldas achicharradas por el sol, noches de bebercio y fornicio y demás.

La familia la integra Manuel, su mujer Sole y sus tres hijos Estíbaliz, Sergio y Alex. La hija ocupa su tiempo grabando en una cámara las peripecias de su familia. Pronto descubrimos la veta más chusca de la película, el chiste fácil, la búsqueda de nuestras sonrisas de la mano de un personaje en apariencia xenófobo, homófobo y misógino,como aparenta ser Manuel. Unas interpretaciones patéticas de cuantos aparecen, abundantes en muecas y excesos, en un alarde gestual que tratan de imprimir comicidad a lo dicho y hecho y solo consiguen lastrar la hilaridad pretendida bajo gruesas capas de humor de «todo a cien» que a duras penas consiguen arrancar alguna carcajada, a la estela del humor casposo, supeficial e inmediata de corteTorrentiano al que se asemeja. Gags como el pedal que se pilla Manuel, el jugueteo con los homosexuales o esos Guardia Civiles irrisorios que se prestan a dejarle un alcoholimetro al amigo de farra de Manuel para ver quién ha bebido más de los dos, son cualquier cosa menos graciosos.

Manuel (Pablo Carbonell), padre de familia es el calzonazos y Sole (Anabel Alonso) es la marimandona, todo el rato cascando, cargante hasta la saciedad. La hija mayor es una pavisosa de cuidado que quiere llevarse al huerto al socorrista. El hijo de la misma edad que la hermana, aprovecha sus cualidades vocales en alguna escena sonrojante. El hijo pequeño es como el peluche que se lleva todos los palos.

La historia no tiene ninguna chicha, la sucesión de gags se hilan sin orden ni concierto, la mayor parte de las escenas y situaciones no tienen ninguna gracia y el hilo argumental interno es tán endeble que parece no haber guión. La puesta en escena es la de un aficionado que juguetea con su cámara. En su tramo final, un golpe de efecto, trata de darle otro cariz hasta lo que entonces hemos visto, pero en ese momento ya todo está echado por tierra, a perder, después de haber visto una película horrenda, cuyo capacidad humorística es nula, que ha sido un éxito en taquilla porque al igual que sucedió con Torrente, son millones los que se parten el eje con el humor «caca, culo, pis».