Más de una vez he tenido que tratar con los jefes de otros (afortunadamente) y he pensado que a una persona como esa yo no la aguantarÃa como jefe mÃo ni un minuto. Tener siempre a alguien encima que te haga la vida imposible y que te trate como si fueras basura, tiene que ser degradante y horrible.
En el caso de esta serie el tipo de jefe es otro, es de esos de los que te hacen preguntarte: ¿cómo ha llegado este tipo hasta aquÃ? Ya hemos visto que sus brotes racistas, homófobos o machistas no vienen dados por una mala intención, sino más bien por una estupidez innata. Este tipo de jefe creo que igual es todavÃa más difÃcil de llevar.
Con las amenazas de despidos sobrevolando la oficina, Michael quiere hacer algo con sus empleados para subirles un poco la moral y se le ocurre celebrar un cumpleaños a lo grande.
Como no hay nadie que cumpla años en las cercanÃas (lo hay, pero no lo descubren), celebran el de la empleada que antes los va a cumplir (mes y pico después), para desgracia suya, ya que ponerla en evidencia y hacérselo pasar mal son algunas de las cosas más suaves que pueden caerle encima.
Una vez más Michael meterá la pata una y otra vez con comentarios impropios (las lÃneas que lee son para mandarlo a la horca directamente), payasadas vergonzosas y salidas de tono innecesarias, pero ya le vamos conociendo, él es asÃ.
No es por nada, pero a mi este Steve Carrell cuanto más lo veo menos gracia me hace.