Dirección: Win Wenders
Guión: Win Wenders y Peter Handke
Fotrografía: Henri Alekan
Reparto: Bruno Ganz (Damiel), Solveig Dommartin (Marion), Otto Sander (Cassiel), Curt Bois (Homer), Peter Falk (Peter Falk), Hans Martin Stier (Anciano), Beatrice Manowski (Joven Prostituta), Bruno Rosaz (Clown)
Alemania, 1987
Drama Urbano Angelical
El Cielo Sobre Berlín es una de esas películas que pueden calificarse con el adjetivo de poéticas con todo su significado.
El protagonista es un Bruno Ganz al que nadie después de ver esta película adivinaría en el papel de Hitler que varios años más tarde interpretó en El Hundimiento. También a parece otro actor, Peter Falk, haciendo de sí mismo, recordado por su personaje de Colombo, mezclando todavía más ficción y realidad… bueno, más o menos, porque hay sorpresa.
En realidad la película se rodó sin guión propiamente dicho, sólo ideas, e iban improvisando, según cuenta el director Win Wenders. Las voces en off se añadieron en post-producción.
Muy alegórico el hecho de que las escenas de los ángeles estén en blanco y negro y las de la vida en la ciudad de Berlín en color. Refleja todavía más la monotonía que el ángel siente, al contrario de lo pudiera parecer, pues es un ser superior. Sin embargo cuando empieza literalmente a vivir es cuando se siente “en la gloria”, le pase lo que le pase.
Es una historia tomada desde un punto de vista triste y melancólico, una alegoría de la soledad, algo que acucia a muchas personas, sobre todo en las grandes ciudades como Berlín, en las que alguien que pasa a nuestro lado o está en un autobús repleto de gente, puede estar sintiéndose aún más sólo entre el gentío, la peor soledad que existe.
En realidad la película trata de Berlín. La mayoría de las cosas ya no existen, así que la ciudad sería irreconocible de ir ahora. No pudieron rodar en el muro y algunos escenarios son fabricados, pero en gran parte sí se rodó en la ciudad, aunque por aquel entonces todavía estaba dividida en 2. La estatua del ángel es como la puerta entre un mundo y otro, pero también tiene un significado superior, de la división entre 2 mundos más reales: la parte oriental y la occidental de Berlín, que acabó por desaparecer con la caída del muro.
Los ángeles cuando viven su vida como tal se dedican a observar el mundo, pero sin poder sentir como siente la gente a la que ellos ven, y eso es lo que ansían, por eso al conseguirlo su vida se llena de color, sus rostros pétreos empiezan a reflejar las emociones que les embargan, se sienten uno más, para lo bueno y para lo malo, cuyo devenir depende no de lo establecido, sino de sus propios actos y su interacción con lo que les rodea. Ahora ya no son esos seres superiores, sino otro humano, que es mucho más.
Es genial el inicio del ángel sobre el edificio al que sólo ven los niños y la gente a lo suyo por la ciudad, con sus pensamientos… viendo esas primeras escenas uno no sabe a lo que se está enfrentando. Wenders dedica la película a todos sus ángeles, pero en especial a Yasujiro (Ozu), François (Truffaut) y Andrej (Tarkovsky).
Es muy curiosa la idea de los ángeles de la guarda que siempre escoltan a las personas, inspirándolas y dándoles fuerza para enfrentarse al mundo, oyendo sus pensamientos y enrutándolos, incluso en ocasiones viendo sus recuerdos… y de repente aparece un ángel fingido que ayuda al ángel verdadero y las imágenes de la mujer con las alas sumida en sus pensamientos vuelven a resultar de lo más poéticas. Toda la película lo es, como ya he dicho al principio, algo muy propio de las películas de Win Wnders, como París, Texas o ¡Tan lejos, Tan Cerca!
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