Dirección: Andy Tennant. País: USA. Año: 2008.Duración: 113 min.
Género: Comedia romántica, aventuras.
Interpretación: Matthew McConaughey (Ben «Finn» Finnegan), Kate Hudson (Tess Finnegan), Donald Sutherland (Nigel Honeycutt), Ewen Bremmer (Alfonz), Alexis Dziena (Gemma Honeycutt), Kevin Hart (Bigg Bunny), Ray Winstone (Moe Fitch), Malcolm-Jamal Warner (Cordell), Brian Hooks (Curtis), David Roberts (Cyrus).
Guión: John Claflin, Daniel Zelman y Andy Tennant; basado en un argumento de John Claflin y Daniel Zelman.
Producción: Donald De Line, Bernie Goldmann y Jon Klane.
Música: George Fenton. Fotografía: Don Burgess.
Montaje: Troy Takaki y Tracey Wadmore-Smith.
Diseño de producción: Charles Wood. Vestuario: Ngila Dickson
El saber donde te estás metiendo no te libra del desengaño.
Nada positivo había leído sobre este film en su estreno, pero me gusta dar la razón o quitarla, tras haber visto la película para no hablar luego de oídas, o comentar sobre lo que otros afirman.
El principal fallo de esta película es que vendiéndose como una de aventuras, la aventura es mínima y está puesta en escena de manera tan burda y desapasionada, con unas interpretaciones reducidas a poner caras y hacer gestos que en ningún momento como espectador he tenido la sensación de vivir una experiencia. Para entendernos, por aventura entiendo Indiana Jones y el Arca perdida, Tras el corazón verde, Máximo riesgo, 300, etc
El guión en poco ayuda a fomentar nuestro interés. Una pareja de buscatesoros marinos van a divorciarse porque ella está cansada de la falta de compromiso de él. El caso es que el chico ha encontrado un plato en las profundidades perteneciente a un barco español que se hundió llevando cantidades ingentes de riquezas en 1721.
La chica le espera en el juzgado para divorciarse y como él tras una serie de peripecias llega tarde, ve consumado el divorcio de modo unilateral. Tras salir del juzgado el chico le cuenta a la ya su exmujer lo que ha encontrado bajo el agua. Ella sabiendo que él miente más que habla, no le hace caso, hasta que en un cuadro ve como el dibujo que él ha hecho sobre un servilleta representando el trozo de plato que rescató del fondo del mar se corresponde con el del cuadro.
Así que ambos vuelven al tajo, al agua, a la búsqueda del tesoro, toda vez que el magnate para el que trabaja la chica, como sobrecargo en su yate, tras permitir que el chico suba a bordo tras jugarse éste la vida en la tarea de recuperar el sombrero de su hija Gema, se sienta interesado por la historia que estos le cuentan, y se preste a poner de su parte los medios técnicos y económicos precisos para que puedan confirmar sus teorías.
Concatenar una serie de escenas la mayoría absurdas, poner a dos protagonistas que son un par de lerdos, a pesar de ser investigadores marinos a los que se les presume un mínimo de inteligencia, recrearse en bellos escenarios naturales de aguas turquesas, mostrar los abdominales del prota (Matthew McConaughey que tras Sahara parece cogerle el gusto a producciones como estas) a cada rato y poner a unos mafiosillos negros que lo más que son capaces de decir al tener un objeto único en su mano es que “es del tamaño de sus huevos”, permite hacerse una idea de que clase de engendro estamos engullendo.
No pasa nada porque uno no se tome la cosas demasiado en serio y brille el humor y la ironía, pero en esta película son tales los despropósitos, el humor grueso, la nula intriga, y el poco apasionamiento en su realización que su hora y media sabe a plomo, tediosa y plomiza desde sus inicios, sin que la presencia de Kate Hudson luciciendo palmito en bikini, digo esto por si alguno se cree que tiene algo que ver con Inmersión letal y las inmersiones de Jessica Alba con ese bikini que no se me va de las cabezas.
Podría decir que Como locos a por el oro, es un producto palomitero que da lo que promete; pura y dura diversión, pero de hacerlo mentiría
muuuy mala …………….