Los 400 Golpes (Les Quatre Cents Coups – François Truffaut – 1959)

Los 400 GolpesDirección: François Truffaut

Reparto: Jean-Pierre Léaud, Claire Maurier, Albert Rémy, Guy Decomble, Georges Flamant, Patrick Auffay

Guión: Marcel Moussy & François Truffaut

Música: Jean Constantin

Fotografía: Henri Decae (B/N)

Francia, 1959

Para conmemorar nuestra crítica número 400, que mejor que traer esta película, un auténtico clásico de François Truffaut de 1959, máximo representante y máxima obra de la Nouvelle Vague francesa. Sin pretender llegar a ser tan inmortales como la película, tan trascendentes como el director ni tan importantes como dicha tendencia, simplemente decir que estamos muy contentos de haber llegado hasta este número de películas comentadas cuando llevamos poco más de un año y que esperamos que lo disfrutéis tanto como nosotros.

Dar los 400 golpes significa según el diccionario francés entregarse a cualquier tipo de exceso. La anécdota es que en el guión original de la película aparecía esta expresión, que no lo hace en la versión final.

Anécdotas aparte esta una de las películas que inauguró la llamada Nouvelle Vague (La Nueva Ola) francesa, una corriente artística muy importante en el siglo XX ya que cambiaría las normas narrativas y temáticas del cine, naciendo un nuevo cine de autor a nivel mundial. Fue premiada en Cannes con la mejor dirección y el premio OCIC y nominada al Oscar al mejor guión.

AntoineForma parte de una serie de films semiatobiográficos de Truffaut, junto al cortometraje Antoine y Colette (1962) y los largometrajes Besos Robados (Baises Voles, 1968), Domicilio Conyugal (Domicile Conjugal, 1970) y El Amor en Fuga (L’Amour en Fuite, 1978). En todos ellos el mismo actor, Jean-Pierre Leaud encarnaría al protagonista Antoine Doinel, alter ego de Truffaut.

El guión es del propio Truffaut (también productor con Les Films du Carosse, su productora) y es fruto de la extensión de una idea para un corto, La fuga de Antoine, que es parte de la película, y que luego se alargó hasta dar este fruto gracias a la colaboración como dialoguista de Marcel Moussy.

Entre sus influencias el propio director admite dos claras: las películas Cero en Conducta (Jean Vigo) y Alemania Año Cero (Rossellini). También hay claras referencias a L’Atalante (Jean Vigo) y un toque muy de Hitchcock y de Cocteau, parte de las preferencias Truffaut. Otra de sus predilecciones era el cine americano. Aunque no rodó demasiado en este país: como director la fracasada incursión en la ciencia ficción Fahrenheit 451 (1967), y como actor Encuentros en la Tercera Fase (Steven Spielberg, 1977).

Antoine DoinelEl protagonista en un joven humilde con problemas en la escuela que se trasladan a la familia. Intenta irse de casa y con un amigo se dedica a hacer trastadas y hacer nohor al título de la película. Todo esto termina muy mal para él. Sus profesores y sus padres acaban hartándose y planean para él una educación más recia. Pero eso tampoco aplaca sus ansias de diversión y libertad y el anhelo de ver el mar podrá más que todas las rejas y ataduras que tenga por medio. Así la historia llega a un final abierto, poético y quien sabe si esperanzador.

Este pequeño golfo acaba por resultarnos simpático, pese a su afición a meterse en líos, desde luego mucho más que su duro profesor o su falsa e insensible madre. Todos estos personajes, con sus roles característicos están perfectamente dibujados y transmiten todos los problemas que la propia vida crea a los ojos de un niño y que afectan a él y a los que lo rodean. Esta película refleja un realismo sin tapujos, una historia que le ha podido pasar a cualquier joven, en cual país y en cualquier época, por eso consigue que te identifiques con Antoine Doinel, un joven desencantado que podríamos haber sido cualquiera de nosotros.

Una de las escenas que más me ha gustado es en la que Antoine vaga con su mirada por las calles de Paris desde las rejas del furgón policial. Una mirada que revela la inocencia del muchacho, como se encuentra perdido en una situación que le es tan extraña como lo ha sido toda su corta vida. Una expresión que nos muestra el duro encuentro con el mundo que está viviendo. Ve esfumarse la libertad que ansía mientras tiene ante sí las calles en las que se ha sentido libre, aunque no lo suficiente.

Durante otros 20 años el director nos siguió contando la vida y desventuras de este muchacho en otros tres filmes más y un cortometraje, y quien sabe si no hubiésemos seguido viendo sus peripecias de no haberse producido la prematura muerte de Truffaut en 1984 víctima de un tumor cerebral.

Nuestra puntuación

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