Película: Sin identidad. Título original: Unknown. Dirección: Jaume Collet-Serra. Países: Reino Unido, Alemania y Francia. Año: 2011. Duración: 113 min. Género: Thriller. Interpretación: Liam Neeson (Dr. Martin Harris), January Jones (Elizabeth Harris), Diane Kruger (Gina), Aidan Quinn (el otro Martin Harris), Frank Langella (Rodney Cole), Bruno Ganz (Ernst Jürgen), Sebastian Koch (profesor Bressler), Olivier Schneider (Smith). Guion: Oliver Butcher y Stephen Cornwell; basado en la novela “Out of my head” de Didier Van Cauwelaert. Producción: Leonard Goldberg, Andrew Rona y Joel Silver. Música: John Ottman y Alexander Rudd. Fotografía: Flavio Labiano.
A pesar de tratarse de un coproducción franco-británico-germana, el director es catalán y el actor protagonista es americano. Una película globla por tanto.
Sin identidad es una película que va de más a menos. Comienza de forma trepidante. Un biólogo llega con su mujer a Berlín a un congreso. Se deja el maletín en el aeropuerto. Repara en ello cuando ya está en el Hotel Adlon Berlinés. Deja el hotel a todo correr para recuperarlo. El taxi en el que va sufre un accidente y cae a un río. La corajuda mujer que conduce el taxi lo saca del vehículo antes de irse al fondo del río, salvándole la vida. Una vez vuelto en sí, tras cuatro días en coma, el accidentado no recuerda muy bien lo que le ha sucedido. Al ir recordando comprueba que otro hombre ocupa su lugar. La misión consiste por tanto en recuperar su identidad.
Jaume Collet-Serra logra una película a ratos entretenida, que se va diluyendo a medida que avanza. En su tramo final ofrece al espectador un golpe de efecto que consigue ensamblar todas las piezas que hay sobre el tapete, dando respuestas a las demandas que nos ofrecemos desde el comienzo.
Liam Neeson se encuentra agusto y da el callo como héroe de acción, como ya hizo en Taken. A su lado Diana Kruger destaca por su belleza y su arrojo. Bruno Ganz, tiene un pequeño papel, y da muestra de su talla actoral. Aparece también Sebastian koch, en la piel del profesor Bressler cuyo rostro conocemos de haberlo visto en La vida de los otros o El libro negro)
A estas alturas es cada vez más difícil ofrecer algo original al respetable, así que lo máximo a lo que podemos aspirar en la mayoría de los casos y en producciones como esta, es a que lo que vemos tenga ritmo y consistencia y nos divierta.
A pesar de los pesares Sin identidad ofrece un entretenimiento vibrante, sostenido a ratos, que se olvida casi al mismo tiempo que se visiona.