Dirección, producción y guión: Wong Kar Wai
Nacionalidad: China, Francia, Alemania, Hong Kong
Intérpretes: Tony Leung (Chow Mo Wan), Gong Li (Su Li Zhen), Takuya Kimura (Tak), Faye Wong (Wang Jing Wen), Zhang Ziyi (Bai Ling), Carina Lau (Lulu/Mimi)
La pelÃcula forma parte de una trilogÃa que Wong Kar Wai inició en 1991 con Days of Being Wild y continuó en 2000 con In the Mood of Love (Deseando Amar) y que se desarrollan en Hong Kong, aunque el propio director afirma que no es una secuela, es una nueva historia que empieza donde la anterior acaba.
La historia trata sobre las oportunidades perdidas, como nos lamentamos mucho más por lo que no hemos hecho que por los errores cometidos y como siempre vuelve a la mente el recuerdo de lo que fue y lo que pudo haber sido. La importancia de conocer a la persona idónea en el momento preciso, que puede ser muy diferente a encontrarla en otras condiciones.
El 2046 del tÃtulo hace referencia a la habitación de un hotel, en los que vive el protagonista y donde le han sucedido cosas que han marcado su vida, pero también es el tÃtulo de la historia que él está escribiendo, un mundo extraño que simboliza la búsqueda de las oportunidades perdidas al que se llega en un tren atendido por unas más que aparentes azafatas androides. Eso le sirve para librarse de sus temores, ya que muchos de los pasajes se basan en sus propias vivencias.
Algo negativo: en su promoción, incluido el trailer y la portada de la edición en DVD, no se hace más que hablar de los premios obtenidos y poner las famosas frases que han dicho medios de comunicación y crÃticos, algo que les gusta mucho a los americanos pero que yo creo que desvirtúa bastante la calidad de una pelÃcula. Sacar una frase de una crÃtica más extensa para dedicarla simplemente a promocionar un producto…
Tampoco me gusta la voz en off, puede ser porque da la impresión de ser de un documental (en la versión doblada al español, claro, porque todavÃa no llego a encontrarle el punto en la entonación de los actores en las versiones originales asiáticas, ¿la tienen?).
Las imágenes urbanas futuristas están muy logradas y son impactantes, recordando un poco al estilo de Blade Runner.
Entre los premios, la mejor pelÃcula extranjera en los Premios del Cine Europeo y el premio FIPRESCI del Festival de Valladolid, aparte de unos cuantos en festivales por el mundo.
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Hace cuatro años Wong Kar-Wai dirigió la mejor pelÃcula del año, según opinión mayoritaria de los crÃticos internacionales, «Deseando amar», una verdadera finura fÃlmica, con un lirismo sobrecogedor. Dura, amarga, dolorosa y melancólica, sobre dos amantes que no pueden consumar su amor y están, pues, abocados a la infelicidad.
Ya, por aquél entonces, inició el rodaje de «2046», por lo que ha estado nada menos que cuatro años con este trabajo, tiempo durante el cual, por ejemplo, su protagonista Tony Leung, rodó la friolera de diez pelÃculas.
«2046» podrÃa definirse como una continuación de «Deseando amar», sin embargo, en este film, el tiempo no transcurre a la manera tradicional y las épocas se mezclan como el agua y el barro, dando lugar a estados de ánimo, bien reales, bien ficticios, bien personales, bien literarios.
Porque «2046» habla de los recuerdos, en este caso, amorosos, de la importancia que tienen en nuestra vida. A veces positivos, necesarios para seguir viviendo o, al menos, tener un motivo para vivir. Otros, por el contrario, actúan como anclas pesadas que nos impiden seguir el camino que nos podrÃa conducir a la felicidad.
El protagonista (magnÃfico Tony Leung) sigue su indefinido camino por la vida dejando un reguero de corazones rotos, si alguien osa enamorarse de él, o teniendo vacÃas y mundanas relaciones que no le exijan compromiso alguno. Sufrió por amor y ya no tiene casi esperanzas de volver a amar, y cuando puede, lo deja escapar, a pesar de su inmensa soledad existencial. Para paliar su desesperanza, escribe una novela: «2046» donde sus personajes podrán, quizás, lograr sus propios anhelos…si él, como escritor, como su creador, les deja.
Kar-Wai lo narra con su estilo personal, con esa estética bellÃsima que le dan sus caracterÃsticas ralentizaciones, la melódica música latina, con bastantes canciones en castellano (embriagadora su versión de «Perfidia»), y un tratamiento de la fotografÃa envolvente, con distintas y maravillosas tonalidades cromáticas según se trate de un personaje u otro.
Sin embargo, y a pesar de que el material es de lujo y la maestrÃa de Kar-Wai, evidente, el desarrollo de la historia es irregular, con brillantÃsimos paisajes, como su relación con Bai Ling (extraordinaria, inmensa Zhang Ziyi), unos momentos que, para este cronista, son los mejores del 2004, y otros que desmejoran el conjunto final. Se tarda en entrar en la historia, casi hasta la aparición del personaje de Bai Ling, y el final es hermoso pero algo insatisfactorio, quizás por no adentrarse lo suficiente en la relación con la enigmática SuLi Zhen (estupenda Gong Li).
Hay personajes que poco o nada aportan a la historia, como la hermana pequeña de la hija del casero. Pero lo que quizás menos cuaje es la resolución fÃlmica de la narración literaria, con esa relación entre el japonés y su androide femenina. Es cierto que todo este pasaje está realizado con una preciosa y soberbia dirección artÃstica, pero no acaba de convencer al tener ahà un material fascinante y resultar al final poco esclarecedor y hasta un poco frÃo.
Todo ello hace que «2046 sea un film notable, sà pero no sobresaliente y, por supuesto, no tan conseguida como la obra maestra que sà era su predecesora. Quizás sea por desprender menos calor humano (salvo en el episodio de Bai Ling) y estar lleno de momentos cÃnicos a cargo de su protagonista, quien, si en «Deseando amar» lograba emocionar y conquistar el corazón del espectador, aquà resulta algo lejano, extraño y hasta egoÃsta, por más que se entiendan sus motivaciones.
Una estupenda pelÃcula, con inmensas posibilidades que, esta vez, no remata Kar-Wai.