Año: 2006 Género: Drama
PaÃs: Australia Duración: 91 minutos
TÃtulo Original: 2:37
Elenco: Teresa Palmer (Melody) Frank Sweet (Marcus) Sam Harris (Luke) Charles Baird (‘Uneven’ Steven) Joel Mackenzie (Sean) Marni Spillane (Sarah) Clementine Mellor (Kelly) Sarah Hudson (Julz) Gary Sweet (Mr. Darcy)
Dirección: Murali K. Thalluri
Producción: Nick Matthews / Kent Smith / Murali K. Thalluri
Guión: Murali K. Thalluri
FotografÃa: Nick Matthews
Música: Mark Tschanz
Una joven golpea insistentemente una puerta del baño de un instituto pidiendo que la abran. Llega un profesor, siguen insistiendo, golpeando hasta que ven sangre bajo la puerta. Nadie les abre. Todos se temen lo peor.
Luego, ese hecho será el epicentro de la historia, o eso en teorÃa, porque una vez vista no sé bien que relación guardan los testimonios de los jóvenes del instituto, filmados en blanco y negro, con el destino de la joven, ya que apenas tenÃan contacto con ella, salvo uno que pasa de ella, y sólo pueden decir nimiedades tales como era una chica maja, y otras vaguedades por el estilo.
Las 2:37 es la hora en la que acontece tal trágico incidente. La pelÃcula ademas de recoger los testimonios de los jóvenes, ofrece las momentos anteriores a tal desenlace, un puñado de minutos, en los que pasan muchas cosas. Las escenas se releen bajo distintos puntos de vista, donde acaban unas empiezan otras y todo está interconectado, tal que si dos chicos se confiesan amor en los baños, otro chico escondido en los mismos volverá a aparecer para darle a la escena otra lectura; el encaramiento de uno de los amantes, con el escuchante involuntario, al que le dará una zurra para que no propale lo escuchado pudiendo acabar con la hombrÃa del amante, que no desea confesar su condición sexual, toda vez que es el gallito al que todas las niñas desean trajinarse.
Una vez visto como es el planteamiento de la pelÃcula, no tanto su lentitud pues tiene buen ritmo y sus 90´dan mucho juego, sino por su reiteración puede verse minorado el interés del film, al salirse muy poco de su planteamiento inicial.
En los testimonios de los jóvenes cada uno va contando sus cosas. Asà tenemos al que tiene dos uretras, una de las cuales no controla y se mea a menudo, sufriendo el escarnio del resto, lo que le vale el apodo de «mojón» y unos momentos durÃsimos que afrontar, que lo hacen desesperar y contar cada dÃa que resta hasta que acabe el curso, 90, como si cada uno fuera una batalla a librar.
Otro es el deportista, cachas, guapo, por el que suspiran las nenas. El caso es que es gay, se pajea delante del ordenador viendo webs de contenido gay y no puede confesarlo a nadie, por más que se morree con un compañero que le insta a salir del armario.
Está también el lumbreras, el cabecita estudioso y ambicioso, el cual ya vislumbra como en pocos años él será un abogado importante mientras sus compis estarán currando en un McDonald´sirviéndole. Tiene una madre que está de vacaciones y un padre triunfador que está siempre fuera de casa y una hermana, y a resultas de una escena que recuerda vÃvidamente en la que su padre cogÃa a su madre violentamente, él quiere hacer lo propio con su hermana, a la cual tras tocarla desde los 13, finalmente viola.
La hermana citada, a resultas de ese encuentro sexual no deseado, se quedará embarazada.
Tenemos también a la novia del cachitas gay, con el que se ve casada y con hijos, sin enterarse de la misa la mitad.
Finalmente está el joven que es gay, que lo confiesa abiertamente, y esto le crea no pocos problemas no ya con sus compañeros que se mofan de él con sus comentarios, sino también con sus padres, para los cuales es un bicho raro que hay que esconder, referenciándolo continuamente con un hermano que es todo lo contrario: hetero, con novia, posible casadero y padre de familia, estudioso…..
Todas estas historias están ahÃ. En la sociedad hay injurias, abusos, incesto, escarnio, fustraciones, miedos, traumas (también amaneceres, abrazos, caricias, sueños, amistad, lealtad,..)…y un instituto es un buen vivero donde sacar generalmente lo peor de cada uno. Un campo de batalla, en definitiva, donde cada uno debe superar sus miedos y aguantar el chaparrón, su vÃa crucis particular, porque la adolescencia es una «enfermedad temporal» y a veces lo que viene después del instituto es todavÃa peor: mobbing, acoso sexual, depresión, violencia doméstica, jefes insoportables, trabajos de mierda….y lo único claro es que más allá de la condición social o sexual, de su brillantez o no en los estudios, de su aspecto fÃsico, todos los jóvenes sufren lo suyo.
El director y guionista de esta pelÃcula es Murali K. Thalluri un australiano de 24 años (22 cuando la rodó), con la que quiere rendir homenaje a su amiga Kelly. Su empeño por comprimir todo el mundo en una galerÃa de personajes me resulta forzada en exceso, dejando para el final unas secuencias donde hubiera surtido más efecto el fuera de campo, no tanto lo explÃcito, en donde a Murali se le va la mano en pos de querer impresionar al personal. Además, en esa panoplia de adolescentes falta aquel que sea «normal«, ese al que la maldad aún no ha desvirgado.
Perdón, la tenemos, sà existe, o mejor dicho existÃa.
!Qué jodido (y a veces letal) es el amor no correspondido!.