De entrada decir que aquí se cuentan cosas de la serie, así que quien no haya visto esta séptima temporada mejor que pase de leer esto.
Para el que no haya visto nunca la serie 24 comentar que el título de la misma hace mención a las 24 horas que dura cada temporada. En ese lapso de tiempo, 24 horas justas, pasa de todo y mucho más.
Los guionistas piensan en grande, y tocan temas de actualidad como amenazas biológicas o atentados terroristas, que supondrán la intervención de agentes del FBI, de la CTU, y en última instancia siempre del agente Jack Bauer que se verá abocado de nuevo a salvar a su país.
La serie conviene verla en el menor tiempo posible, ya que si se ven los capítulos de semana en semana, pierden intensidad. Esta última temporada, la séptima, la vi en poco más de cinco días y así se disfruta, pues es como si estuvieras viendo una película de larga duración. Cada capítulo dura algo más de cuarenta minutos (de los que los dos primeros son los títulos de crédito y un pequeño resumen de dos minutos con lo acontecido previamente), lo que nos da una masa temporal de algo más de 16 horas.
En el primer capítulo Jack Bauer, tras dejar el país africano (inventado) de Sangala y volver a los Estados Unidos se enfrentará a un Senador que pide su cabeza. Bauer se extralimita en sus actuaciones, quiebra la ley reiteradamente y es capaz de hacer cualquier cosa para obtener una información, y para salvar a su país. ¿héroe o villano?.
Enseguida vemos como un informático que va en un coche con su hija es secuestrado. Lo quieren porque fue él quien diseñó los sistemas de seguridad informáticos. Así con su ayuda, un puñado de terroristas piensan hacerse con el control de todos los sistemas de seguridad; ya sean centrales nucleares, presas, control aéreo, etc, sembrando el caos. Pronto se hacen con el control de varios vuelos y demuestran a las autoridades lo fácil que sería hacer chocar dos aviones y sembrar el pánico. Los terroristas son los rebeldes de Sangala, que tratan de tomar el control de su país, dando un golpe de Estado. No quieren que los americanos intervengan en su país y la manera de coaccionarlos es demostrando lo fácil que les sería matar varios miles de ciudadanos americanos.
Ahora, en lugar de un Presidente tenemos una Presidenta de los Estados Unidos, que tras perder a su hijo, que fue asesinado como luego se verá (en lugar de suicidarse que era la declaración oficial que la Presidenta dio por válida), verá como su marido es secuestrado y tiroteado, pero salvará el pellejo. Reaparece la hija de la Presidenta, una arpía de cuidado, que la apartaron de su lado porque se dedicaba a filtrar información durante la campaña. Ahora con el devenir de los acontecimientos la Presidente la nombrará nada menos que Jefa de Gabinete en funciones. Quien tuvo retuvo y como mala hierba nunca muere, la hija, aunque ponga ojos de corderito degollado sigue siendo una víbora, de las que atesoran buenas dosis de veneno. Será ella quien sentenciará la vida de Hodges, el gran jefe que está detrás de todo el asunto. La madre, finalmente, impelida por su sentido del deber y del honor, tras escuchar la palabras de su hija, decidirá hacer público el asunto, a fin de que ella pague por sus actos.
La Presidenta las pasará putas, con varios frentes abiertos, tendrá que tomar decisiones sobre la marcha, y cómo se verá, le crecerán los enanos, pues los malos son mucho malos y continuamente tendrán en mente varios planes que irán desarrollando a medida que les vayan neutralizando los anteriores. Además habrá muertes de inocentes americanos y la Presidente no sabrá si neutralizar el golpe en Sangala, si ceder al chantaje, si dejar morir a su marido secuestrado, vamos, que continuamente debe tomar decisiones a cual más complicada.
En el FBI estará la agente Rene Walker, Annie Wersching, una pelirroja guapísima y brava, que al principio es melindrosa y luego con Bauer al lado, se fogueará de lo lindo, dando por buenos sus métodos. Incluso al final de la temporada la vemos encerrarse con un detenido, con idea de hacerle cantar, empleando el “método Bauer”. La actriz que la interpreta es Annie Wiersching y es un aliciente más de peso para ver esta temporada.
En el FBI tendremos dos informáticos, una mujer bajita, que no le llega ni a la suela de los zapatos a Cloe, que vuelve a escena para ayudar a Bauer tras ser requerida por el FBI. El otro informático es un joven con cara de malo, lo que luego resulta ser, pues va filtrando información a los malos. Acabará en la cárcel.
Almeida vuelve. Pensábamos que estaba muerto, pero aquí sabemos que todos los muertos pueden reaparecer. Almeida reaparece junto al grupo de terroristas formando parte de su operativo. Está desencantado con el Gobierno por lo que le sucedió a su mujer y tiene sed de venganza. Esto es una fachada, porque luego ayudará a Bauer y a Buchanan, que también reaparece, quien junto a Cloe han puesto en marcha un operativo por su cuenta para impedir que los terroristas cumplan sus planes.
Bauer va y viene, pega puñetazos, esquiva la balas, aporrea a los malos, se ve expuesto a un virus que lo deja maltrecho, con pérdidas de memoria y perdida de funcionalidad psicomotriz. A su lado la agente Renee Walker, ayudándole y confiando en él. Almeida tiene sus planes propios y en última instancia lo que quiere es matar al hombre que dio la orden de matar a su mujer. Reaparece también la hija de Bauer, que quiere ayudar a su padre, para que se cure de su enfermedad. Lo dejamos al final del último capítulo en la cama, con su hija pidiendo a una médica que haga con ella lo que sea para salvar la vida de su padre. Bauer tiene ahora un nieto, si bien este no lo sabe.
Detrás de todo el asunto hay un grupo de personas en la sombra (algo parecido al Club Bielderberg) que se comunican por internet, sin verse los rostros. Son ellos los que toman las decisiones. Luego si los trincan, como es el caso, saben a ciencia cierta que nada se podrá alegar contra ellos, sin que haya nada que pueda incriminarlos. Por tanto lo que Bauer y los suyos hacen es ir librando batallas, pero de ahí a ganar la Guerra hay una gran diferencia.