TÃtulo original: 4 luni, 3 saptamini si 2 zile. Dirección y guión: Cristian Mungiu. PaÃs: RumanÃa. Año: 2007. Duración: 113 min. Género: Drama. Interpretación: Anamaria Marinca (Otilia), Laura Vasiliu (Gabita), Vlad Ivanov (Sr. Bebe), Alex Potocean (Adi), Luminita Gheorghiu (Sra. Radu), Adi Carauleanu (Sr. Radu), Madalina Ghitescu (Dora), Catalina Harabagiu (Mihaela), Sanziana Tarta (Carmen), Mihaela Alexandru (Daniela).
En 2007 esta pelÃcula rumana dirigida por Cristian Mungiu se llevarÃa la Palma de Oro en Cannes. Es casi imposible llevar a la práctica con acierto y en toda la plenitud, las ideas que uno tiene en mente. En el caso de Cristian no sé cuales eran sus expectativas, pero la pelÃcula, lo que el director nos ofrece es excelente.
Nos encontramos en Rumania, en los estertores del régimen comunista de CeauÅŸescu. Una estudiante universitaria, Gabita, se queda embarazada. Desea abortar, asà que se pone en manos de un hombre capaz de llevarlo a cabo, acompañada en semejante trance por otra compañera, Otilia. Este periplo es la sustancia de la pelÃcula.
Seguramente los americanos ante una propuesta similar hubieran optado por el morbo, por el sentimentalismo, por esa degración sentimental que uno acaba repeliendo por su falta de honestidad. En el caso de esta joyita rumana, todo lo que vemos se nos antoja, verdadero. La pelÃcula casi a modo de documental retrata las calles, los edificios, los medios de transporte, y todo es feo, cutre, triste, pobre. Un mundo venido a menos, donde parece que no hay lugar para la alegrÃa, para la esperanza. Basta ver la cara de Otilia en todo momento para ser partÃcipe de su tristeza, impotencia, resentimiento contra el mundo. Esa sensación de frustración donde uno anhela estar en otra parte, en otra piel, y no puede hacer otra cosa más allá de golpearse a cada rato contra los muros de la realidad.
Y cuando las jovenes no están en la habitación del hotel resolviendo su presente, Otilia está en casa de su novio, y allá su careto es un poema, con la cámara fija en su rostro, en un plano donde entran 8 personas que van saliendo de plano, mientras la gente no para de hablar, diciendo sandeces, celebrando y hundiendo a Otilia en su silla, la cual no ve más salida que coger la puerta y huir.
Queda claro, en la posterior secuencia, donde Otilia se reúne con su novio en su habitación, la diferente mentalidad con la que abordaban el tema del aborto las mujeres que las sufrÃan y a quienes a muchas de ellas les costaba su vida, y la de los hombres, que no iban más allá de satisfacer su pulsión sexual, sin importarle los lodos que pudiereon venir de aquellos polvos.
PelÃcula dura, cruda, austera, efectiva, magnificamente interpretada, logrando con apenas nada, un climax que rara vez (desgraciadamente) uno tiene la suerte de ver en una pantalla. Háganse un favor. Véanla.