TITULO ORIGINAL: Anamorph
GENERO: Thriller
PAIS: Estados Unidos
DURACION: 107 Minutos
AÑO: 2007
DIRECTOR: Henry Miller
GUION: Henry Miller y Tom Phelan
INTERPRETES: Clea DuVall, Peter Stormare, Scott Speedman y Willem Dafoe
PRODUCTOR: Michael G. Gunther y Marissa McMahon
MUSICA: Reinhold Heil y Johnny Klimek
FOTOGRAFÍA: Fred Murphy
MONTAJE: Geraud Brisson
A la estela de producciones como Seven, surgen películas como esta. El título, Anamorph, hace mención a la antigua técnica pictórica de la anamorfosis. Un tipo de dibujos que a primera vista ofrecen una imagen confusa y distorsionada y que sólo contemplando su reflejo en un espejo especial, es posible ver su forma clara y proporcionada.
El caso es que dos policías siguen la pista a un asesino artístico, cuyas atrocidades revisten el halo de la genialidad. Así, una vez perpetrado el crimen, cuando los policías llegan al lugar del mismo, deben ver el escenario como algo artístico, toda vez que a través de una mirilla, lo que aparentemente no es más que un acto brutal se transforme en una imitación de obras clásicas pictóricas (incluida La Piedad de Miguel Angel).
A la zaga del asesino van dos policías contrapuestos. El primero es Stan, cincuentón que fue ascendido en el cuerpo tras resolver el caso de un asesino en serie, al que no dio tiempo a captura pues lo mataron. El otro, es más joven, se llama Carl y no ve la manera de romper el hermetismo de Stan, un tipo huraño y solitario, extremadamente ordenado, que vive en un casa austera, rodeado de habitaciones vacías con el único acompañamiento de unas sillas que parecen ser su única aficción.
La historia no da mucho de sí. Los policías no tienen más remedio que ir viendo los diferentes crímenes, sin tener mucho a lo que agarrarse. A menudo sucede, que el asesino quiere que le pillen y va dejando pistas e indicios, que permitan un cara a cara final entre el asesino y el policía/s que lo van a detener.
La puesta en escena es más propia de un telefilm y todo resulta tan sobrio como la actitud de Stan, el cual nunca pierde los papeles, siendo incapaz de exteriorizar nada de nada. La interpretación de Willem Dafoe en la piel de Stan y de Peter Stormare como su fiel y erudito ayudante, es lo único reseñable de esta anodina y manida historia que hemos visto mil veces, con una mínima variación en este caso propiciada por el «anamorfismo«.
Creo que la han traducido como «El arte de matar» y que ni si quiera ha sido estrenada en España.