Cabeza de perro crítica película de Santiago Amodeo

Dirección: Santi Amodeo.
Guión: Santiago Amodeo
Interpretación: Juan José Ballesta (Samuel), Adriana Ugarte (Consuelo), Manuel Alexandre (Angelito), Julián Villagrán (Eduardo), Eugenio José Roca (Moobi), Jöns Pappila (Drazen), Ana Wagener (Rosa), Juanma Lara (hijo de Angelito).
Producción: José Antonio Félez.
Música: Santi Amodeo y Enrique de Justo.
Fotografía: Alex Catalán.
Montaje: José Manuel García Moyano.
Dirección artística: Antonio Estrada.
Vestuario: Fernando García.
Nacionalidad: España
Año: 2006

Con la anterior película de Santiago Amodeo, la inclasificable «Astronautas» apuntaba que me parecía una buena idea para un corto, pero que para un largo, la película tenía algunos momentos atractivos, pero otros muchos, que no casaban y trababan la historia.

Con «cabeza de perro», Amodeo sigue la misma linea que «Astronutas» y no pergeña un producto comercial al uso (no ha llegado a recaudar un millón de euros), sino que busca fórmulas poco trilladas en el cine español. Para comenzar, esa voz en off, que nos va desgranando la historia de Samuel, al estilo «Amelie».

Samuel nos cuenta esa voz en off, desde pequeño tiene problemas psicológicos lo que hace que su familia lo sobreproteja. Un día recibe la invitación de un familiar al que conoce en un funeral y decide irse a pasar unos días con él a Málaga.

Una noche, mientras su pariente está de ligoteo, Samuel se amodorra dentro de una furgoneta. A la mañana siguiente aparece en el parking de la Tesorería, en Madrid. Samuel, se busca entonces la vida y enseguida consigue un curro, ya sea como reponedor o de cuidador de ancianos.

Busca raudamente un piso y encuentra uno, habitado por Consuelo, una joven algo mayor que él de la que se enamora.
Que la voz en off, nos tenga que dar detalles de lo que pasa, creo que va en detrimento de la historia y de las interpretaciones.

Juan José Ballesta, da vida a Samuel y no me lo acabo de creer, con ese apocamiento y esa docilidad de la que hace gala toda la película. Samuel puede tener problemas mentales, o una «cabeza de perro», pero no ser un muermo. El atorrijamiento de Samuel se contagia al espectador que asimila lo que visiona con desgana y descreimiento y eso es romper la columna vertebral de cualquier expresión artística.

A la chica, Consuelo, la interpreta Adriana Ugarte, la cual le echa garra y desenvoltura a su papel y es con creces lo mejor de la historia.

Tengo la sensación de que los distintos frentes abiertos, van cada uno por un derrotero diferente. No busca Amodeo la unicidad, ni la confluencia argumental de las historias, y poco jugo se saca de la potencial relación entre Samuel y los abuelos a los que cuida o la de Samuel y Consuelo que parece un «monólogo amoroso».

Sorprende también que un chico tan sobreprotegido, desaparezca del mapa, y su familia no se movilice para buscarlo, haciendo que Samuel campe a sus anchas por la capital durante días.

No sé cual era el fin de Amodeo con este cuento, que tiene destellos del «género fantástico» pero que dista mucho de ser fantástica. Al final «Cabeza de perro» resulta ser una película rara, original, contracorriente, arriesgada e inclasificable a la que me ha costado hincarle el diente y destilar su esencia. Aún con todo la prefiero con creces a cualquier producto palomitero, funcional y previsible.

Amodeo sigue dando pasos en firme hacia su gran película, pero esta de momento no lo es.

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