Dirección: Michael Winterbottom.
Reparto: Tim Robbins (William), Samantha Morton (María), Om Puri (Backland), Jeanne Balibar (Sylvie), Emil Marwa (Mohan), Nina Fog (Wole), Bruno Lastra (Bikku), Christopher Simpson (Paul), David Fahm (Damian Alekan), Nina Sosanya (Anya).
Guión: Frank Cottrell Boyce.
Producción: Andrew Eaton.
Música: The Free Association.
Fotografía: Alwin H. Kuchler y Marcel Zyskind.
Montaje: Peter Christelis.
Diseño de producción: Mark Tildesley.
Dirección artística: Mark Digby y Denis Schnegg.
Vestuario: Natalie Ward.
Reino Unido, 2003
En el momento en que se estrenó esta película aquí en España, allá por mediados del 2005, por motivos que ahora no vienen a cuento no pude ir a ver la película, me quedé literalmente en la puerta del cine y tuve que entrar a otra peli. Por eso, durante este tiempo, aunque tenía ganas de verla me he resistido a hacerlo, porque tenía esa extraña sensación de querer y no poder. El caso es que ahora, 2 años después, por fin la he visto y como era previsible, me ha sabido a poco.
La historia es una distopía, una de esas obras utópicas de las que nos muestran unos futuros en los que la humanidad por algún motivo ha cambiado (a peor) y es controlada u obligada a vivir en base a unas normas diferentes. Vamos, que nos auguran un futuro chungo, lo mires por donde lo mires.
El de las distopías es un género literario que ha dado mucho juego para que las novelas hayan sido llevadas también al cine destacaría Fahrenheit 451, de Ray Bradbury (y en el cine dirigida por Truffaut), 1984 de George Orwell o ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick, que fue sutil origen de Blade Runner. Del mismo autor es Minority Report, película en la que también participa la protagonista de Código 46, Samantha Morton. La Isla se basa en un relato de Aldous Huxley, que escribió una de las novelas de este estilo más destacables, Un Mundo Feliz, y en cine Gattaca es también un buen exponente del género o THX 1138 que ya comentamos en su momento.
El leitmotif de esta película, el código 46 al que hace referencia el título, tiene que ver con el código genético y la prohibición de la reproducción entre personas que compartan parte de código genético. Se ambienta en un futuro indeterminado en el que las fecundaciones in vitro y las clonaciones han provocado que mucha gente comparta su ADN en un 100, 50 ó 25%, y la reproducción entre estas personas está prohibida, incluso es delito en caso de conocerse y seguir adelante con ello. Eso sí, como una genetista se encarga de recordar, el hecho de compartir 100% el ADN no implica que 2 personas sean iguales, hay otros muchos condicionantes sociales, naturales, biológicos que hacen que sean completamente diferentes.
Básicamente la historia trata de eso y de la relación entre William (Tim Robbins) y María González (Samanth Morton). Él pertenece a Esfinge (es como el Gran Hermano de 1984″>1984, “Esfinge lo sabe todo”, se repite varias veces a lo largo de la película), y se dedica a investigar varias tarjetas de acceso que se han repartido de forma clandestina y que han salido del lugar donde ella trabaja. Por algún motivo que desconocemos, se enamora de ella y no la delata, pero eso le traerá varios problemas.
Además de lo referente al Código 46, en el futuro que se nos presenta hay ciudades y zonas donde el acceso está restringido, de ahí que los de “el exterior” necesiten conseguir pases para acceder a estos lugares. El aspecto no es muy futurista, pero la gente toma virus de empatía, para cantar bien, para hablar chino… se ocultan del sol, porque en teoría es muy peligroso o llevan implantes biónicos en el cuerpo. Aparte de la manipulación genética, también consiguen manipular la mente, para, por ejemplo, borrar determinados recuerdos. A eso mismo se le sacaba mucho más partido en Olvídate de mí, dicho sea de paso.
La trama es muy simple, casi diría que no da para una historia como la que pretenden contarnos. Estaría bien para un corto, porque es sencilla y todo lo que rodea a los protagonistas nos lo cuentan de forma efímera, casi de puntillas, como simples referencias. No creo que pase a la historia entre las películas de su género. Además el uso de la voz en off, no creo que tenga otra intención que ambientar la película, darle a la relación entre los protagonistas un poco más de intimidad, pero no me gusta. Eso se puede conseguir por otros métodos.
Y es que la pareja que forman un Tim Robbins muy serio y una Samantha Morton fuera de lugar (por ejemplo en la más realista En América tenía más vida, siendo un personaje muy similar), no tiene nada de chispa, no se ve que se compaginen ni que haya feeling entre ambos, a pesar de que la ciudad de Shangai que se muestra podía haber ambientado una buena historia, pero es que tampoco han aprovechado el resto de particularidades del futuro en el que se supone que viven.
Respecto al director, Michael Winterbotton, con su filmografía dispar no lo acabo de ubicar, pues tiene películas muy curiosas pero muy diferentes, desde el divertido pseudo-documental melómano y cómico 24 hours party people, a la subida de tono experimental de 9 Songs.
Curiosidad, en una de las escenas del principio, en un karaoke, el tipo que canta la canción de «Should I stay or should I go?», de The Clash, es Mick Jones, uno de los componentes de ese grupo. Aunque, cosas de la vida, en 24 hours party people, que comentaba, y que hablaba sobre el punk inglés, desde finales de los 70 a principios de los 90, no aparecía, aunque sí canciones del grupo.
Algo también curioso, que supongo será simplemente “licencia de artista”, es el lenguaje. He visto la película en español, en versión doblada, y por algún motivo dicen muchas palabras en otros idiomas, en inglés, italiano, francés… sin venir a cuento. Determinadas palabras las usan en otro idioma, sin que en ningún momento se haga ninguna referencia a ello. ¿Será una alegoría de la globalización?
Web Oficial | Español | Inglés | IMDB
ME PARECE UNA EXTRAORDINARIA PELICULA. MAS AUN SI DEL FUTURO,.LA VIDA TIENE QUE SER MAS QUE LOGICA ORDENADA,,,ASI LA VIDA CONTINUARA SU PROLE……