TÍTULO ORIGINAL: Come Early Morning
PAIS: USA
Dirección: Joey Lauren Adams.
Guión: Joey Lauren Adams.
Año: 2006
PRODUCTORA: Roadside Attractions
REPARTO: Ashley Judd (Lucy), Jeffrey Donovan (Cal), Laura Prepon, Diane Ladd, Scott Wilson, Ray McKinnon, Tim Blake Nelson
GÉNERO: Drama
DURACIÓN: 97 min
SINOPSIS: Una mujer busca su pareja ideal tras salir de una mala relación donde perdió muchos años de su vida tras un amor que nunca terminaba de llegar.
Antes de nada comentar que esta sinopsis, la misma que aparece en algunas blogs de cine, no tiene nada ver con lo que es la película, dado que la mujer, Lucille, no busca ninguna pareja ideal, ni tampoco hay nada que nos haga suponer que haya tenido otra relación anterior. Sí que se trata de una mujer que como todos, no quiere que la hieran y se muestra reacia a abrir su corazón a un hombre, pues corre el riesgo de sufrir tanto como sufrieron sus padres, y la pregunta e incógnita que resolverá el film es si cogerá el tren que parará frente a su puerta, o lo dejará pasar, víctima de sus miedos y frustraciones.
Lucille es una treintañera, camino de los cuarenta, que dedica sus horas a tres actividades:
1.- trabajar, como contratista de obras.
2.- copular por las noches tras empinar el codo y acabar al día siguiente con resaca, junto a hombres que no conoce y a los cuales no tiene ningún interés en conocer.
3.- beber, dado que en casi todas las escenas en las que aparece Lucille tiene una cerveza o un whisky en la mano o al alcance de la misma.
Dando por buena la premisa de que el amor es lo que mueve el mundo, tanto Lucille como su compañera de vivienda, pasan las horas de asueto una mano sobre la otra, una esperando que alguno de sus lances la telefonee de nuevo y Lucille adaptando su visión del amor a encuentros sexuales ocasionales, ya que ésta al contrario que su compañera no hace nada por conocer algún detalle de la vida personal de esos hombres con los que copula ocasionalmente una sola vez.
“Ambos hemos conseguido lo que andábamos buscando”; le dice al primer hombre con el que comparte lecho, al comienzo de la película, cuando Lucille quiere dejar el motel a hurtadillas.
Su comportamiento en el terreno amoroso hace que Lucille dé por buenas, las actitudes de esos hombres que la abordan en el bar, manoseándola, asumiendo que si se acostó con ellos, sin conocerlos de nada, no puede pedirles ahora que la traten con educación, toda vez que ella se abalanzó sobre ellos, restregándose sobre sus cuerpos, pidiendo sexo desaforadamente, animada por unas copas de más, que después le impedirán recordar «lo que pasó».
Plantear la película como un “tour sexual” y presentar a Lucy como una “cazadora de hombres”, podría ser sugerente, teniendo la protagonista el cuerpo de Ashley Judd (a la cual le sientan los jeans como a ninguna otra actriz, por no citar ese cuerpo que no se resiente en su armonía y proporciones con el paso de los años y se muestra divino de la muerte, ya sea de frente, de espaldas o de canto), pero sería bastante aburrido, así que a fin de que Lucille pueda romper con su segunda actividad, el folleteo sin compromiso, en su camino se cruza un hombre llamado Cal.
Tontean un poco y la cosa acaba donde suele, en la cama. Como es norma en Lucille a la mañana siguiente ésta trata de darse el piro, algo que le sienta muy mal a Cal, que quizá esperaba otra cosa, y no ve que haya nada de lo que arrepentirse, ni justifique esa huida furtiva.
Lucille tratará de poner algo de su parte, aunque le cueste, se esforzará en conocer algo mejor a su nuevo amante, mediante nimiedades tales como saber cual es su segundo nombre, o si sus padres están divorciados o no, algo que en definitiva revista el sexo de cierta familiaridad, por que Lucille a lo que tiene miedo no es abrirse de piernas, sino a abrir su corazón a los hombres.
Pero igual que las aguas en días de lluvias torrenciales buscan su curso natural, Lucille quizá marcada por la herencia paterna, un padre que dejó a su madre tras reiteradas infidelidades, con miedo a comprometerse con alguien, vuelve a las andadas, a los amores de barra, ocasionándole una disputa con Cal.
En medio de todo esto, Lucille trata de recomponer su relación con su hermético padre, con el cual es imposible trabar cualquier clase de conversación y eso que Lucille lo intenta, lo acompaña a las “misas musicales”, le pide que toque la guitarra para ella, pero todo resulta inútil, porque el padre, quien sabe si quizá atormentado por el peso de la culpa, no quiere prometer algo que sabe no va a poder cumplir y su única garantía sea su hermetismo y sus silencios.
“La cabra tira al monte” dice el refrán y Lucille vuelve a la barra, a besarse con desconocidos, y a seguir haciendo lo que hacía antes de conocer a Cal.
Lo mejor de esta película de bajo presupuesto, con trazas de telefilm, rodada en 2006 y no sé si estrenada en España, además de la interpretación de Judd, que aporta muchos matices a su papel, además de mostrar que es de las actrices que mejor llora y sufre en una pantalla, es su final.
Estoy harto de finales felices y previsibles que dibujan un mundo maravilloso, de chicos que vienen a buscar a sus chicas y luego son felices y comen perdices. Aquí “Come early morning”, aunque sólo sea en ese aspecto sí que ofrece algo diferente, acercándose a la realidad con honestidad y sinceridad: las cosas no siempre son como las deseamos y ya se sabe, ¡ A Rey muerto, Rey puesto!
La película es la opera prima de la actriz Joey Lauren Adams (Separados), que además de dirigir es también la autora del guión.