Curon

Curon es la última serie que he visto en Netflix. Es una serie italiana de siete capítulos, de alrededor de una hora de duración. Está ambientada en el Alto Adige, al norte de Italia, al lado de la frontera con Austria, en la localidad de Curon, junto a un lago, del que asoma como un cíclope una torre en punta con un campanario.

La protagonista es Anna, la cual regresa a Curon desde Milán, acompañada de sus dos hijos mellizos, Mauro y Daria, 17 años después de su huida. La llegada al hogar, no es la propia del hijo pródigo, dado que al padre de Anna, a Thomas, el regreso no le parece una buena idea. Todo esto atiende a que en Curon se suceden efectos sobrenaturales. Cada uno de sus habitantes alberga en su interior dos naturalezas, una buena y una mala. La naturaleza mala, reprimida, a veces ante determinadas circunstancias aflora, emergiendo del lago y librando entonces un cara a cara con su otra naturaleza. Esto da pie para no tener muy claro si lo que nosotros vemos es la naturaleza buena o mala en cada uno de los personajes.

En Curon hay una fuerte presencia religiosa en el carácter de sus ciudadanos, que merced a la religión consiguen, o esa parece ser su pretensión, poner freno a sus sombras demoníacas.

En la serie tienen mucha presencia los dos hijos de Anna, tanto Mauro como Daria (muy bien interpretados por Federico Russo y Margherita Morchio) así como los dos amigos que hacen al llegar al instituto. Ellos vienen a ser el eje central de la serie. Muy tempranamente Anna desaparece. Los acontecimientos consisten en encontrar a la desaparecida, al tiempo que los adolescentes van descubriendo por su cuenta esos elementos sobrenaturales, la presencia de los doppelgänger, los sosias, esa especie de horla maupassantiano.

La ubicación en la que tiene lugar la serie también le confiere a la trama un halo de misterio; hablamos de una zona muy boscosa, en dónde llueve mucho y nieva, y hay búnkers que datan de la Segunda Guerra Mundial y son poco menos que dédalos bajo tierra, y dónde la presencia del lago le imprime también un aire fantasmal. Los vecinos están acostumbrados también a los continuos apagones. Se trata de una comunidad cerrada en donde parece que todos tienen algo que esconder. Aquí podemos apreciar ciertas similitudes con Dark otra serie de referencia en Netflix.

Esperamos expectantes una segunda temporada que bien pude ir en la dirección de avanzar en la historia o tratarse de una precuela, que explicase al detalle la huida de Anna.

Curon maneja con solvencia los aspectos terroríficos, manteniendo un clímax que va en aumento, y generando una atmósfera opresiva, que hace aún más presión sobre las naturalezas atormentadas que parecen convivir todas ellas en Curon, siempre con el miedo de ver emerger a su sombra. Hablamos en definitiva de una serie italiana muy singular, notablemente terrorífica y recomendable.

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