Se me hace difÃcil por donde empezar a hablar de este documental.
A la mente me ha venido esa infame a la vez que maravillosa pelÃcula que sus fans dedicaron a José Luis Cuerda que fue Tiempo Después.
Al igual que ya dije de aquella, en esta ocasión me parece que el documental de Sintiéndolo mucho es un homenaje en vida a un autor excepcional, con un regustillo a «por si acaso…».
Viéndolo en su dÃa a dÃa, como lo ha grabado Fernando León de Aranoa, durante varios años, los que somos fans del cantante lo vemos obnubilados, pero los que no lo son, solo verán a un hombre más cuesta abajo que lo deberÃa estar alguien que aspira a seguir subiéndose a un escenario.
Su voz más que rota grabando con Leiva, sus explicaciones no muy prolongadas hablando con Fernando León, su necesidad de tener siempre cerca a Jimena, Pancho Varona llevándolo casi de la mano… Al revés de los libros, programas o entrevistas que habÃa hecho anteriormente en los que Sabina era el protagonista, aquà lo he visto como en un segundo plano, como esperando a que a partir de ahora sean los demás los que cuenten su vida y sus anécdotas. Como si este documental fuera la puerta simbólica a ese momento. Como si la despedida estuviese más cerca que lejos.
Como él mismo dice ha llevado una vida de sexo, droga y rock&roll hasta los 50, que ya está bien. La vida algo más comedida, que no ejemplar, le ha llegado más pronto de lo que quisiera pero más tarde de lo que le convendrÃa. Y ante eso no hay vuelta atrás.
Hace unos dÃas, en la Gala de los premios Goya, Leiva subió al escenario a recoger el premio a la mejor canción por la que ambos compusieron juntos y cuya grabación cierra el documental. JoaquÃn no estaba para recogerlo y casi ni para grabarlo, pero bueno, ahà sigue con su gira para todo el año programada y con las entradas agotadas (y sin Panchito Varona, por cierto).
No esperéis conocer nada que no sepáis sobre el cantante, ni turbias declaraciones. El director ha querido estar con él y contar los nervios que pasa antes de salir al escenario, su afición a los toros, la magia de algunos momentos en los conciertos, las tumultuosas bienvenidas allá donde va. Cosas mundanas que nos acercan al hombre, más que al cantante. En la promo del documental y al principio lo dice Sabina, es un documental sin bombÃn, que es el complemento que separa al cantante de la persona.
Llevamos muchas despedidas de Sabina, desde aquel «marichalazo» de hace ya unos años. Cada vez le vemos más demacrado, pero será verdad aquello de que mala hierba… Eso sà lo de envejecer sin dignidad que canta que se ha propuesto, lo está cumpliendo a rajatabla.
Sintiéndolo mucho.