T. original The assassination of Richard Nixon
Dirección Niels Mueller
Intérpretes Sean Penn (Samuel J. Bicke)
Naomi Watts (Marie Andersen Bicke)
Don Cheadle (Bonny Simmons)
Jack Thompson (Jack Jones)
Brad William Henke (Martin Jones)
Guión Niels Mueller
Kevin Kennedy
Fotografía Emmanuel Lubezki
Música Steven M. Stern
Montaje Jay Lash Cassidy
Año 2004
Nacionalidad USA
Supone el debút en la dirección de Niels Mueller, que también se encargó del guión. No sé que tal funcionó en taquilla en los Estados Unidos, pero desde el 2004, que es cuando se estrenó allá, Niels, no ha vuelto ha dirigir otra película.
Cuenta en el reparto con gente de la relevancia de Sean Penn, Naomi Watts o Don Cheadle, pero la película no es una super producción de un gran estudio ni nada parecido.
Samuel (Sean Penn) es un hombre que se gana la vida como vendedor de mobiliario, aunque está claro que no es lo suyo. Él no sabe mentir y continuamente se cuestiona el sistema en el que vive (Estados Unidos, 1974, con Richard Nixón como presidente). A su fracaso laboral, en el que una susceptibilidad extrema le hace sentirse humillado en el trato que mantiene con su jefe, hay que sumar la crisis familiar que vive. Samuel se ha separado de su mujer hace un año, y ésta mantiene una relación con otro hombre. Samuel no lleva nada bien esta separación y no soporta el hecho de estar alejado de sus tres hijos. Además no mantiene una buena relación con su hermano Julius al cual si le van bien los negocios que tiene entre manos.
Piensa que la solución a sus problemas está en cambiar de trabajo continuamente, cuando ve que algo no le gusta o desagrada, como le echa en cara su mujer, la cual trabaja como camarera para llegar a fin de mes y sacar adelante a sus tres hijos, ayudada por el dinero que le entrega a su vez Samuel.
Samuel tiene un proyecto que quiere llevar a cabo junto a un amigo suyo, un mecánico de nombre Bonny, con el que piensa montar un negocio de reparto de neumáticos a domicilio, pero para ello precisa de un préstamo que al final no le conceden.
Samuel se siente sólo, abandonado, mentido, ultrajado por la sociedad en general, su idealismo se ve atacado continuamente en todo cuanto ve y oye a su alrededor. Samuel es un idealista pero no es un luchador. Una vez tumbado, no se levanta y enseña los puños, sino que pasa las horas muertas viendo la televisión, alimentando su soledad y su locura. Los pensamientos que Samuel alberga, los conocemos gracias a las grabaciones que envía al músico Leonard Bernstein (un referente de honradez para Samuel) en las cuales le cuenta su vida, sus fracasos, el porqué de sus acciones.
El día que ve cómo un piloto ha conseguido aterrizar en la Casa Blanca sin muchas dificultades, toma una decisión importante. Samuel no quiere irse de aquí «sin hacer ruido», piensa secuestrar un avión y estrellarlo contra la Casa Blanca Hasta en ese ocasión fracasa una vez más. La Casa blanca es el objetivo de Samuel porque allí vive el mayor mentiroso, el portavoz y estandarte del cáncer que sufre la sociedad, el presidente Nixón (cuyo descrédito y falta de honradez se manifestó cuando estalló el caso de corrupción de Watergate que le afectaba diréctamente), que como otro vendedor más, vende sus mentiras al pueblo a cambio de votos, y logra así mantenerse dos legislaturas en el poder, mientras cientos de miles de soldados américanos morían en la guerra de Vietnam.
Sean Penn está brillante, en escasos momentos sobreactúa, y en los primeros planos da rienda suelta a algún tic que otro, pero él es el alma de la película, la poderosa encarnación de ese hombre roto, que se autodestruye, consciente de que no hay salida, ni vuelta atrás.
El director radiografía con excesiva frialdad la realidad circundante y deja campar a Samuel sin hacer juicios de valor. El climax demasiado aséptico del final hace que la película no sea del todo brillante. El resto de los secundarios, están ahí, como mera comparsa, para secundar a Sean Penn. Pocos peros para una buena película.
El asesinato de Richard Nixon IMDB | Página oficial
Hola Con la recortada…es cierto que la película hubiera sido más completa si hubieran dado más cancha y más frases al resto del reparto. Saludos.
Pues lo siento mucho pero a mí la peli me parecio un muermo de cuiadado. Y eso de que Sean Penn está muy bien es muy discutible. Es una pena que no se haya aprovechado más la presencia de Naomi Watts (de morena) o de Don Cheadle. La película la encontré bastante flojita, muy fría y distante.