Dirección: Andrew Lau.
Título original: The flock
País: USA.
Año: 2007.
Duración: 101 min.
Género: Drama, thriller.
Interpretación: Richard Gere (Errol Babbage), Claire Danes (Allison Laurie), Dwayne Barnes (Vincent Dennison), Russell Sams (Edmund Wells), KaDee Strickland (Viola), Matt Schulze (Custis), Kristina Sisco (Harriet Wells), Ray Wise (Robert), Avril Lavigne.
Guión: Hans Bauer y Craig Mitchell.
Producción: Philippe Martinez, Jenette Kahn, Adam Richman, Elie Samaha y Andrew Lau.
Música: Guy Farley.
Fotografía: Enrique Chediak.
Montaje: Martin Hunter y Tracy Adams.
Diseño de producción: Lester Cohen.
Vestuario: Deborah Everton.
Errol es un funcionario estatal encargado del registro de gente que ha cometido delitos sexuales. Su misión es hacerles el seguimiento, comprobar que éstos avisan si cambian de residencia y que no reinciden en sus malos hábitos. Se lo toma todo muy a pecho y vive sólo para su trabajo, tanto que donde no llega la ley, llegan sus puños, así que de vez en cuando da alguna somanta de palos al que se sale del camino. Sus malas prácticas y las quejas interpuestas por los agresores sexuales hacen que Errol sea obligado a retirarse a la fuerza. Durante las tres semanas que le restan en el puesto, ha de instruir a la persona que le reemplazará; una joven llamada Allison.
Antes de su retiro desaparece la adolescente Harriet Wells y la resolución de su caso, «El caso Wells» da título a la película y es el meollo de la historia.
Como siempre sucede cuando ponen juntos a un veterano y a un novato, surgen chispas, roces y calentones, si bien siempre acaban hermanados o enrollado si son parejas heterosexuales (porque no he visto en el cine comercial que dos policías o guardia civiles acaben enrollados, pero será cuestión de tiempo, toda vez que el cine se permeabilice a las nuevas realidades). Errol se obsesiona con la resolución de su caso y se extralimita en sus funciones. Su trabajo le obsesiona y arrastra a Allison con él, pues quiere que ella comparta su pasión por lo que hace (en esa senda la película podemos calificarla como de ciencia-ficción porque no hay funcionarios así de eficientes, trabajadores y apasionados con su tarea día y noche ni en España ni en Estados Unidos).
La búsqueda de los agresores llevará a Errol y Allison de un lado para otro, al más puro estilo del gato y el ratón. A pesar de que en este caso, los homicidios tienen un componente sexual, que incluye mutilaciones y vejaciones varias, donde dar uso al juego de cuchillos que venden en Teletienda, la historia la hemos visto mil veces, anegada con su previsibilidad y escaso interés, con una fotografía que me recuerda a la notable Seven, en las escenas rodadas en espacios oscuros y en la sordidez de la historia, así como el final ubicado en un paisaje desértico, con un asesino parlanchín y un salvador que no sabe si tiene más de angel que de demonio, azuzado por sus contradicciones y con un corazón desgarrado por las uñas rotas de las niñas que no ha podido salvar.
El director Andrew Lau imprime velocidad a las escenas con tomas aceleradas, a lo Tonny Scott. Hace lo que puede con los actores (Richard Gere y Claire Danes) que van de un lado para otro como títeres, sin que sean capaces de transmitirnos nada de sus fantasmas interiores, de sus tormentos y pesares, constreñidos por un guión sin jugo ni chicha, que depara escasos diálogos, en su mayoría prescindibles, apostando el director por la sordidez, truculencia e intriga de la historia, con rostros de mucho tirón entre los adolescentes como la cantante Avril Lavigne.
Si me ha gustado la interpretación de Kadee Strickland que además de guapa, borda su papel de psicópata. Por lo demás «El caso Wells» es otra película del montón que sigue la línea de otras películas mediocres y comerciales, en cuanto a su planteamiento y desarrollo, sin capacidad de sorprender ni de ahondar más de lo que haría un niño de un año con un rastrillo en una playa.