Dirección y guión: M. Night Shyamalan.
Reparto: Mark Wahlberg (Elliot Moore), Zooey Deschanel (Alma Moore), John Leguizamo (Julian), Betty Buckley (Sra. Jones), Ashlyn Sanchez (Jess), Spencer Breslin (Josh), Frank Collison, Victoria Clark, Alan Ruck, Robert Bailey Jr. (Jared).
Producción: Sam Mercer, Barry Mendel y M. Night Shyamalan.
Música: James Newton Howard.
Fotografía: Tak Fujimoto.
Montaje: Conrad Buff.
Diseño de producción: Jeannine Oppewall.
Vestuario: Betsy Heimann.
País:USA, India
Año: 2008
Queda claro que M. Night Shyamalan ha marcado un estilo propio. Si El sexto sentido convenció a casi todos y Señales gustó a la mayoría, tras los fracasos en taquilla de películas como «El bosque», “La joven del agua”, y esta que nos ocupa muchos han puesto al director a bajar de un burro.
Parece más que evidente que el director hace un homenaje a las películas de Serie B. No hay un gran presupuesto, megaestrellas como actores , ni espectaculares efectos especiales.
Lo que hay en juego es la lucha por la supervivencia. Como un paradigma del miedo que no es acosa, máxime tras el 11-S, la paranoia forma parte ya de nuestro ADN genético, y hace que la palabra “terrorista” esté ya en boca de todas, al menor ataque a nuestra comodidad.
Un buen día, en un parque de una ciudad americana, la gente inopinadamente comienza a suicidarse. Cunde el pánico, la historia. Son los terroristas dicen, que han liberado una toxina la cual hace que la gente se suicide. El protagonista es un profesor de ciencias, el cual con su mujer y su sobrina, inician una huida desesperada hacia no se sabe bien donde, dado que el virus va matando a la gente que les rodea, cercándolos.
Nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que está sucediendo, pero nadie quiere esperar a la muerte en el sofá, así que todos huyen y se desplazan buscando cierta seguridad.
Unos dicen que son las plantas las culpables; una manera de vengarse por el mal que los humanos hacemos al planeta, otros hablan de terroristas, pero el caso es que la gente va muriendo, y cada día que pasa es una batalla ganada a la parca. En todo caso, la maldición no durará demasiado como luego se verá.
La propuesta es mínima a más no poder, cortada con sencillez, y con una puesta en escena sobria y nada efectista, la buena labor de los intérpretes unos diálogos, donde aparentemente no pasa nada, hacen de esta propuesta algo creíble y demoledor, dado que lo a ellos les pasa nos puede suceder a nosotros, sin necesidad de recurrir a la tralla pirotécnica de Independence Day por poner un ejemplo.
Condensada en algo menos de una hora y media, “El incidente” me ha gustado mucho. No esperaba nada espectacular, sino lo que he recibido, un buen rato de cine, con un climax sostenido todo el tiempo y un final que deja las cosas en su sitio, merced a la “retroalimentación de la psicosis”.
Otra crítica de El incidente en cuak.com