Dirección y guión: Pascal Laugier.
PaÃs: Francia. Año: 2004.
Duración: 98 min. Género: Misterio, drama.
Interpretación: Virginie Ledoyen (Anna), Lou Doillon (Judith), Catriona MacColl (Francard), Dorina Lazar (Ilinca), Virginie Darmon (Mathilde), Jérôme Soufflet (Daniel), Marie Henry (Marie), Marin Chouquet (Alex), Eric Prat (Responsable servicios sociales).
Producción: Richard Grandpierre y Christophe Gans.
Música: Joseph LoDuca. FotografÃa: Pablo Rosso.
Montaje: Sébastien Prangère.
Diseño de producción: Bertrand Seitz.
Dirección artÃstica: Mathieu Lauffray
El cine francés suele ofrecer de vez en cuando alguna que otra buena pelÃcula de terror. «Haute tension» es un ejemplo de ello. En este caso la pelÃcula resulta un fiasco.
Con una estética videoclipera, de hecho buena parte de los realizadores de anuncios, debutan en el cine dentro del género fantástico, apenas capta el interés del espectador. La puesta en escena es buena, brillante incluso. Consta de todos los elementos capaces de inspirar miedo; un edificio grande y aislado, en este caso un hospital muy tétrico. Una superiora que parece la encarnación del mismo demonio. Ruidos que nadie sabe de donde proceden. Bombillas trémulas de luces que se apagan súbitamente.
Hasta ahà la cosa va bien, pero apenas hay nada más que eso, tan solo una buena puesta en escena. El trabajo actoral no existe.
Virginie Ledoyen, bastante noña por cierto, no está del todo mal, y si que parece verse afectada por cuanto le rodea y asà nos lo transmite. Tampoco hay más personajes; una chica que está tronada y otra mujer rechoncha que es la que se encarga del comedor.
El final es previsible, y durante la primera hora la pelÃcula sin grandes esfuerzos consigue aburrir e inducir al sopor al espectador que ansioso, con las orejas en punta, espera que pase algo, que le asusten de tal modo, que le hagan temblar del pánico. Esto desgraciadamente no ocurre. El internado es otra pelÃcula más, perfectamente prescindible.