Hay heridas que no cierran. Experiencias que sucedieron en la juventud y que resultaron, ya en la edad adulta, ser traumáticas. Recientemente he visto Una joven prometedora que tiene una premisa parecida.
El ánimo de venganza es una fuerza vital y ponzoñosa. Sue Ann, una mujer que trabaja en una clÃnica veterinaria es solicitada por parte de unos jóvenes para que les compre alcohol en un supermercado, dado que son menores de edad.
De esta manera se crea un vÃnculo entre la mujer adulta y los adolescentes, ya que ésta a la que cariñosamente llaman Ma, les ofrecerá el sótano de su casa para que celebran allà sus fiestas, se emborrachen, etc. Sótano convertido en casa de los horrores, como se verá.
El espectador no tarda mucho en descubrir que esta es la historia de una venganza, un ajuste de cuentas, bastante inverosÃmil. Es comprensible que la mujer quiera arremeter contra aquellos que tanto daño le hicieron antaño, pero no tiene mucho sentido que lo haga contra los hijos de aquellos, a no ser que de tal palo tal astilla.
En la conducta de la mujer hay comportamientos que me recuerdan a Adora, de la serie Heridas abiertas. Madres que quieren proteger tanto a sus hijas que se buscan cualquier medio para tenerlas aherrojadas a sà mismas.
El final deviene gore y brutal, convertido en un mayúsculo despropósito. Octavia Spencer, eso sÃ, borda su papel de desequilibrada y atormentada.
Disponible en Prime Video.