Eragon crítica película

Dirección: Stefen Fangmeier.
Reparto: Edward Speleers (Eragon), Jeremy Irons (Brom), Sienna Guillory (Arya), Robert Carlyle (Durza), John Malkovich (rey Galbatorix), Djimon Hounsou (Ajihad), Garrett Hedlund (Murtagh), Joss Stone (Angela).
Guión: Peter Buchman; basado en la novela de Christopher Paolini.
Producción: John David y Wyck Godfrey.
Música: Patrick Doyle.
Fotografía: Hugh Johnson.
Montaje: Roger Barton.
Diseño de producción: Wolf Kroeger.
Vestuario: Kym Barrett.
USA 2006

La película me ha sabido a poco, la verdad, me esperaba algo más enjundioso y vibrante más dilatado en el tiempo, porque todo pasa demasiado rápido y en apenas una hora y media todo queda finiquitado, muy a mi pesar, quizá porque pensaba que Eragon era una variante del Señor de los anillos, pero la falta de espectaculares batallas, majestuosos ejércitos, tropecientos mil personajes, y caudalosas aventuras de las que quitan el sentido, me han dejado a verlas venir. La historia en sí es interesante si bien tampoco tiene mucha chicha, porque pasan muy pocas cosas.

El protagonista es el joven Eragon, que vive en una pequeña aldea con su tío y su primo y un buen día encuentra en el bosque una piedra azulada, que viene a ser un huevo, del que saldrá un dragón. Eragon embelesado por las historias de Brom, quiere saberlo todo sobre aquellos años en los que había dragones en el mundo hasta que Galbatorix acabó con todos ellos para pasar a gobernarlo. Eragon, a lomos del dragón azulado Saphira (a quien Rachel Weisz pone voz) asumirá la procelosa empresa de ultimar al pérfido Durza, oyendo el arrullador reclamo de la joven Arya, en manos de Durza.

Los efectos especiales están bien logrados en especial las escenas en las que aparece el dragón ya sea en tierra o surcando los cielos, con su portentoso aleteo y su lengua de fuego. Los actores cumplen con su tarea, tanto los veteranos como Jeremy Irons y Robert Carlyle como los más jóvenes Ed Speleers como Eragon y Sienna Guillory como Arya. En resumen decir que he pasado un buen rato con el visionado de Eragon, la falta de hondura de la historia no es óbice para que este enganche y entretenga, arropado con una bella melodía, parajes idílicos y un final feliz, que contentará a todos. ¿Se puede pedir más?. Seguro que sí, pero me doy por satisfecho. De haber leído Eragon, el libro en el que se basa la película, seguro que la rista de objecciones sería larga, pero como llegué virgen a la película, libre de prejuicios, me he dejado llevar, no a lomos de un dragón sino de la imaginación.

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