Título original: All About Eve
Año: 1950
Duración: 138 min.
Nacionalidad: EE.UU.
Género: Drama
Reparto: Bette Davis, Anne Baxter, George Sanders, Celeste Holm, Gary Merrill, Hugh Marlowe ,Gregory Ratoff
Montaje: Milton R. Krasner
Guión: Mary Orr Joseph L. Mankiewicz
Música: Alfred Newman, Franz Liszt
Cinco décadas y media después de su estreno nada nuevo se puede decir sobre esta película sobre la que se ha vertido ríos de tinta. Es ya considerada un clásico y tiene méritos de sobra para ello. Para mí una película inmortal es aquella que la puedes ver la década que sea y siempre resulta actúal por la vigencia de sus planteamientos. Eva al desnudo es hoy actual y lo que en ella se expone y trata tiene plena vigencia. Cosechó muchos Oscar (seis: Mejor película, Mejor director, Mejor actor de reparto, Mejor guión adaptado, Mejor sonido, Mejor vestuario (blanco y negro)) estuvo nominada en 14 categorías y fue multipremiada. ¿Qué la hace tan especial?. En primer lugar cuando hablamos de actúar, muchas veces se trivializa, y parece que el mero hecho de ponerse delante de una cámara y soltar frases ya fuese actúar y quien lo hace fuera actor. Del mismo modo que aquel que escribiese sobre un folio en blanco por el hecho de escribir se convirtiera en escritor. Si no se transmite algo con lo que se dice con la naturaleza de nuestros gestos, la actúacion no es tal.
Bette Davis ya nos tiene acostumbrados a brillantes interpretaciones (¿Qué fue de Baby Jane?) y aquí borda el papel de Margo, una excelsa y laureada actriz de teatro, soberbia y altanera, bien pagada de sí misma la cual ve como a hurtadillas entra en su vida Eve, una chica joven, tierna, dulce, solícita, inteligente y sagaz que a la chita callando irá conquistando el terreno que Margo irá perdiendo. Será por tanto la suya una relación excluyente. Dos personalidades tan contrapuestas acentúan aún más sus naturalezas.
Que una chica vulgar sueñe con ser famosa sin detenerse a reflexionar sobre la moralidad de sus acciones está hoy muy de moda. Vemos como las televisiones se llenan de gente que quiere ser famosa, y está dispuesta a hacer y decir cualquier cosa. Primero la fama y luego todo lo demás, el honor, la dignidad, los principios, la intimidad, etc.
Eve quiere ser como Margo a la cual idolatra, no tanto a ella, como al hecho de ser famosa, de recibir aplausos. Quiere ocupar su trono, y desde que una noche después de una representación tiene la fortuna de entrar en su camerino, su vida cambiará para siempre.
Testigo del cambio que experimenta Eve será el crítico teatral Addison (George Sanders obtuvo el Oscar por este papel) el cual calará a las primeras de cambio a Eve, por la cual siente una especial simpatía. Dado que ambos como él dice son incapaces de amar y ser amados, son ambiciosos e inteligentes.
Cada vez que Margo habla la boca suelta alguna perla. De su boca salen palabras mordaces, sarcásticas, hirientes. No deja títere con cabeza y tanto con su futuro marido, con el director teatral, con Eve o su ayudante, siempre encuentra la frase luminosa, que nos hace reír, emocionarnos, sufrir. Las interpretaciones son brillantes tanto de Bette Davis como de Anne Baxter y a ello contribuye sin lugar a dudas el magnífico guión que pone en boca de los protagonistas frases que cobran una fuerza majestuosa, torrentes de imaginación e inteligencia que salen de lo trillado para buscar páramos fértiles en el lenguaje.
Su metraje por encima de las dos horas nos hace disfrutar aún más y cada visionado nos permite descubrir cosas nuevas exprimir los diálogos y saciarnos con su contenido. Desgraciadamente al menos Eve tiene talento y es inteligente y llega a ser una buena actriz. Hoy muchos aspirantes a famosos son imbéciles, ignorantes sin el menor asomo de talento.
Un PELICULON. Bette Davis súblime, Anne Baxter también. Una historia inmortal. Mientras haya montañas habrá gente dispuesta a «trepar», caiga quien caiga.