Génova

Genova película cartelDirección: Michael Winterbottom.
Países: Reino Unido.
Año: 2008. Género: Drama.
Interpretación: Colin Firth (Joe), Catherine Keener (Barbara), Hope Davis (Marianne), Willa Holland (Kelly), Perla Haney-Jardine (Mary).
Guión: Michael Winterbottom y Laurence Coriat.
Producción: Andrew Eaton.
Música: Melissa Parmenter.
Fotografía: Marcel Zyskind.
Montaje: Paul Monaghan.
Diseño de producción: Mark Digby.
Vestuario: Celia Yau.

En producciones recientes como Bajo el sol de la Toscana, o Un buen año, los protagonistas dejaban los Estados Unidos o la Isla Británica para venir al viejo continente, a lugares idílicos, donde solazarse y maravillarse con lo mejor de la esencia europea (parajes idílicos bien soleados como La Toscana o La Provenza, aderezados con una gastronomía de quitarse la boina).

En esta ocasión, el protagonista es Joe un padre de familia que pierde a su mujer en un accidente de coche, mientras viaja en compañía de sus dos hijas. El accidente sucede cuando jugando la hija pequeña tapa los ojos de la madre. A resultas de este luctuoso trance, la hija mayor le reprocha a la pequeña su situación de orfandad, cómo le ha destrozado la vida y advertencias similares, que hacen mella en la pequeña, que ve como su madre se le aparece poblando sus sueños de pesadillas, llevándola al llanto y hacer cosas que su padre no sabe como afrontar.

El progenitor, decide hacer un alto en el camino, cambiar de aires, y desplazarse durante el verano a Italia, a la ciudad de Génova, donde dará clases de inglés para italianos. Las hijas no muestran excesivo interés por el viaje, ni por el cambio, pero para allá van los tres. Génova no es una ciudad que veamos en el cine con frecuencia (sucede como en España que siempre se rueda en Madrid o Barcelona. En Italia casi todo se concentra en Roma). Recuerdo haber visto Génova en el film La stanza del figlio cuando Moretti corría por el puerto.
Al igual que sucedía en Caos Calmo (film italiano del que hablé hace pocos días) es un padre de familia el que ha de salir adelante con sus hijas, sin la presencia de una madre, lo cual nunca es fácil.

Génova se muestra radiante. Vemos pasear a los personajes por la Strada Nueva y por esos callejones estrechos que uno puede abarcar con las palmas de las manos. Del mismo modo, los protagonistas buscan la arena y el sol y nada mejor que ir a Le Cinque Terre, paraje maravilloso, al cual recomiendo acceder en tren desde Levanto y disfrutar de un trayecto inolvidable.

La hija mayor es adolescente y enseguida hace amistad con unos jóvenes, con los que saldrá de marcha, se divertirá, beberá, fumará porros, viajará en motorino sin casco, y tendrá relaciones sexuales, si bien como queda claro, su amante está a lo que está. La hija menor es una enamorada del arte y pinta de maravilla y disfruta de la compañía de la amiga del padre que les hace de Cicerone en Génova a su llegada, una americana que fue compañera de universidad del padre, y la cual está enamorada de él, si bien no se ve correspondida.

El drama no viene tanto por la pérdida de una madre, sino por la insidia con la que una hermana se ceba con la otra, sin llegar a entender que fue un accidente, una chiquillada, letal eso sí y no está dispuesta a perdonar a su hermana, o eso parece, hasta que en un final metido con calzador, el círculo deba cerrarse, para que la vida siga girando y la rueda de la existencia no se detenga ante los palos que la muerte pone en la misma.

Para mí el mayor aliciente de la película y lo que me impelió a verla, es que está rodada en Italia. Me ha gustado mucho ver Génova en la gran pantalla. En cuanto a la historia, a pesar de su dramatismo deja abierta una puerta a la esperanza, porque como siempre se dice en estos casos el tiempo lo cura todo y tiempo estas crías tienen de sobra, para dar y regalar, y el padre ya se compondrá, porque oportunidades no le faltan. No sabemos si seguirán en Génova o volverán a los Estados Unidos, pero está claro que Génova, bueno Italia en general, es un buen sitio para perderse, máxime cuando se dispone de un buen poder adquisitivo como el protagonista, y es fácil acabar gozando de las mieles del epicureismo.

Winterbottom es un tipo peculiar que tan pronto te hace un Camino a Guantánamo que un musical con sexo explícito en Nine Songs, o esta película sin mensaje como el mismo la ha definido.

Nuestra puntuación

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