Her (Spike Jonze, 2013)

película HerLos tiempos han cambiado. El mundo hoy en día no tiene nada que ver con el de hace 50 años. Sí, esto ha ocurrido siempre, dirá alguno, y esto se lleva oyendo toda la vida. Sí, lo que pasa es que ahora los cambios se aceleran. Si en el siglo pasado te metías en un convento de clausura, aislado del mundo, algo muy propio de la época, y salías al cabo de unos años, los cambios no serían tan grandes como lo son ahora con que te pases unos meses aislado. Incluso es más difícil aislarse en estos tiempos.

Una muestra de ello es esta película, que habla de las relaciones humanas, o más bien de la forma en que las personas necesitamos relacionarnos y de cuales son las formas en que se hace hoy en día. Y esto ha cambiado, y mucho. Se habla de la sociedad multicomunicada, de la sobreinformación y de otros muchos adjetivos y sustantivos modificados con prefijos aumentativos que no quieren decir nada. Porque da igual el volumen en que recibamos e intercambiemos información, lo importante es como la usamos y la forma en que la consumimos.

Y precisamente eso, la información, como la canalizamos y como hacemos uso de ella, es algo que se ha vuelto necesario para todos nosotros y en muchos casos parte esencial de nuestra vida y de nuestro día a día.

De ahí parte la historia de nuestro protagonista. Despechado por la mujer a la que amaba y cansado de ver como las personas a su alrededor deshacen también sus vidas, un día actualiza el sistema operativo de su teléfono, y detrás de ese altavoz se encuentra «algo» que parece «alguien». Conoce sus necesidades y se amolda a ellas, es servicial, le aconseja, le escucha, le prepara planes… todo lo que echa de menos en su vida se lo garantiza su asistente virtual.

De repente se ve que en su rutina diaria la que más le ayuda, la que más de apoya y la que siempre tiene las palabras adecuadas es esta Samantha, que está dentro de su teléfono, pero también dentro de su cabeza. En ocasiones echa algo de menos el contacto físico y se da cuenta que esa es una barrera insalvable, pero ninguna relación puede ser eficaz 100%.

La interpretación omnipresente del protagonista corre a cargo de Joaquin Phoenix, en un difícil y muy bien llevado alarde de actuación que sin embargo no se vio obsequiada con el premio gordo, que suele ser el Oscar, y al que ni siquiera estuvo nominado. La voz de Samantha la pone Scarlett Johansson, que con su peculiar tono le da aún más aliciente.

Quién se llevó el Oscar como Mejor Guión fue Spike Jonze, además de otras 2 nominaciones como productor y por la Mejor canción original. Dado que es también el director, está claro que es una película de autor en la que ha podido hacer lo que ha querido. Lo cierto es que no veo a los grandes gallifantes de Hollywood confiando en una película con un argumento como este para dejarle el dinero a cualquiera que vea a pedírselo. Spike Jonze es un tío que ya nos tiene acostumbrados a películas originales, arriesgadas y diferentes, lo que es de agradecer en este mundo de remakes, secuelas, precuelas, refritos y más de lo mismo.

En la película puede que algunos echen en falta algo más de acción, pero a la historia que cuenta no le vendría bien más ritmo para la forma en que lo cuenta. Él es el centro de toda la narración y ella el centro de su vida. Hay que entrar en la historia para disfrutarla y puede que no todo el mundo pueda llegar a hacerlo

Una película con la que muchos se sentirán identificados y que debería dar lugar a planteamientos más filosóficos que sobre tecnología, porque a pesar de ser la tecnología el medio que transcurrir la trama, es la forma de ser de las personas el desencadenante de la historia.

Nuestra puntuación

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