Dirección: Gabe Ibáñez.
País: España. Año: 2009.
Duración: 91 min. Género: Thriller, fantástico, suspense.
Interpretación: Elena Anaya (María), Bea Segura (Laura), Andrés Herrera (Antonio), Mar Sodupe (Tania), Miriam Correa (Julia), Javier Mejía (Matías), Kaiet Rodríguez (Diego).
Guión: Javier Gullón.
Producción: Álvaro Augustin y Jesús de la Vega.
Música: Zacarías M. de la Riva.
Fotografía: Alex Martínez.
Montaje: Enric García i Vila.
Dirección artística: Patrick Salvador.
Vestuario: Patricia Martínez.
Magro favor hace esta película a la isla donde se ha rodado, donde sus lugareños parecen estar medio pirados. Me refiero a la isla canaria de El Hierro. Los personajes parecen sacados de cualquier film americano. Ya sabéis el típico tío mal afeitado, grasiento, de mirada sucia que parece que la va a preparar en cualquier momento.
La protagonista es María, quien va con su hijo a bordo de un ferry. El niño desaparece, en un momento en el que María lo deja junto a otros niños y luego se quedará en la isla de El Hierro esperando encontrarlo, contando con la ayuda de un inspector. No tiene suerte. Identifica un cadáver pero no es el de su hijo.
María no está bien, lógico habida cuenta de lo que le ha sucedido. Se afanará luego en hacer un peinado por la isla en busca de su vástago. Así conocerá a una mujer de habla alemana quien un día perdió la cabeza.
Para quien sea aficionado al género, se puede hacer una idea de cómo acabará la película. Todo el peso de la misma recae sobre la acriz Elena Anaya, la cual resulta muy efectiva en su papel. Tiene Elena una cara fragil y dura al mismo tiempo, una mirada ausente, que casa bien con su rol de mujer que juega con la locura, desquiciada por los acontecimientos. A la cámara le gusta Elena y a ella no le importa mostrarse al natural para deleite del espectador, si bien la encuentro un tanto famélica.
Hierro supone el debut en la dirección de Gabe Ibáñez, cortometrajista y técnico de efectos visuales. La película me ha gustado porque rehuye el efectismo gratuito, el chorreo digital, buscando una mayor hondura, con la Isla jugando un papel determinante, en pos de un dramatismo que Elena transmite bien. Cierto que puede resultar redundante y trabada en su parte central, pero a pesar de todo, es una apuesta interesante en un género que arrasó en nuestro país con El orfanato y que , no ha tenido luego apenas descendencia, ni similares recaudaciones.