Dirección: Brian De Palma.
Países: USA y Alemania.
Año: 2006.Duración: 120 min.
Género: Thriller.
Interpretación: Josh Hartnett (Bucky Bleichert), Scarlett Johansson (Kay Lake), Aaron Eckhart (Lee Blanchard), Hilary Swank (Madeleine Linscott), Mia Kirshner (Elizabeth Short/La Dalia Negra), Mike Starr (Russ Millard), Fiona Shaw (Ramona Linscott), Patrick Fischler (Ellis Loew), James Otis (Dolph Bleichert), John Kavangh (Emmett Linscott), Anthony Russell (Morrie).
Guión: Josh Friedman; basado en la novela de James Ellroy.
Producción: Art Linson, Avi Lerner, Moshe Diamant y Rudy Cohen.
Música: Mark Isham.
Fotografía: Vilmos Zsigmond.
Montaje: Bill Pankow.
Diseño de producción: Dante Ferretti.
Vestuario: Jenny Beavan
De Palma ha plastificado esta “Dalia negra” para convertirla en un objeto inanimado, sin olor ni esencia.
Es la primera vez que a Scarlett Johansson no la veo en el papel, encarnando a una mujer fatal (mucho mejor lo hizo en Match Point, donde estaba arrebatadora). Del mismo modo otro de los protagonistas, Josh Hartnett (Bucky Bleichert), está igual de soso y anodino que en el Caso Slevin. Aaron Eckhart (Lee Blanchard), está pasado de rosca y peca de histriónico, lo que resta credibilidad a su personaje. Las únicas que se salvan de la quema, son Hillary Swank y Mia Kirshner.
De Palma, con una amplia filmografía que incluye interesantes películas tales como Scarface, Los intocables, Carrie, Ojos de Serpiente o Femme Fatale, por citar algunas, prepara la adaptación cinematográfica del libro de James Ellroy
La factura visual y la puesta en escena de “La dalia negra” es de categoría. Que los elementos técnicos son brillantes es evidente. Nada que objetar pues a las composiciones musicales, a la recreación de esos años 40, los interiores de las casas fielmente construidos con todo lujo de detalles, pero en cuanto a la capacidad de la historia para interesar (seguro que el libro es infinitamente más divertido), el “magma narrativo” que ha de nutrir todo lo anterior, deja mucho que desear.
El asesinato de una actriz, Betty Ann Short (Mia Kirshner) que aparece cortada en dos, seccionada por la mitad, por encima de la cintura, vaciada de su órganos y con un corte a ambos lados de su boca, pone en cantar a los dos policías encargados de la resolución del caso. Se desvelará así la historia de esta chica dispuesta a triunfar en Hollywood, la “meca del cine” que acabó haciendo productos eróticos-lésbicos hasta ser brutalmente asesinada.
Las desangeladas interpretaciones de las que hablaba antes, propician que la mayoría de las secuencias no enganchen, cunda el escepticismo y haga mella el desinterés, lo cual para cualquier película, como manifestación artística que es, supone su sentencia de muerte.
De Palma, da muestra de su humor macabro en escenas en las que aparecen cuervos que tratan de alimentarse de cadáveres, perros-lectores disecados, dientes sangrantes voladores, y palomas asesinadas a bocajarro.
En cuanto al componente erótico que alimenta la trama y mueve al protagonista, el cual va de colchón en colchón, de la rubia a la morena y viceversa, con manifiesta apatía (el ardor sexual o apasionamiento ardoroso no se ve por ninguna parte), se queda en agua de borrajas, ya que los encuentros sexuales de Bucky con Kay y Madeleine desdeñan “los pre y los durante” para centrarse únicamente en el “cigarrito de después” (esos años en los que fumar estaba bien visto y los actores y actrices aparecían detrás de una nube de humo, dando caladas a sus cigarrillos, con pose chulesca), donde sólo se ve alguna nalga turgente, pero suficiente para que entre Johansson y Harnett surgiera la chispa sexual, pues se enrollaron en el rodaje. Aunque esa complicidad sexual de la pareja, que precisa la trama, desgraciadamente, no se atisba en la pantalla grande en ningún momento.
Sólo las escenas rodadas en las películas en blanco y negro de la actriz, Elizabeth Short, entre morreos y magreos con una voluptuosa rubia, consoladores mediante, es lo único reseñable en este lúbrico apartado.
Sus casi dos horas de duración fueron el mazazo postrero para mi ánimo debilitado por el hastío, que me consumía como la cal viva.
En fin, muy a mi pesar, pues tenía verdadero interés y grandes expectativas puestas en esta película (y en cualquier proyecto de Brian De Palma), “La Dalia negra”, este plúmbeo film, frío, distante, desapasionado, me ha dejado frío y casi dormido, pidiendo a gritos ver “The end” en la pantalla para finiquitar los bostezos e irme a planchar la oreja.
“Sufrir y disfrutar” viendo una película de Kiarostami (A través de los olivos), Kim Ki-Duk (Primavera, verano, Otoño e Invierno), Gus Van Sant (Gerry) o Michael Haneke (El tiempo de lobo), dada su temática y planteamiento narrativo, con una forma de rodar “sui géneris”, vale, pero con una de Brian de Palma, ni hablar. Lo suyo es la diversión, el delirio hormonado, el puro espectáculo, la orgía fílmica, borbotones de adrenalina atiborrante, pero nada que ver con sufrimientos anímicos inducidos por el tedio.
Hola Roger, me alegro de que te guste. La tuya también está bien, con mucha información, buenos contenidos y muchas fotos lo que la hace visualmente atractiva.
Te ponemos un enlace en nuestra blog.
Saludos desde tierras Riojanas.
Interesante y bonito blog, hay todo tipo de información ( y de forma extensa). Muy bien hecho.
¡¡Felicidades!!
Un saludo desde Cine HOY (cine-hoy.blogspot.com)
Hola Nüx, leí el artículo que dices de Izaguirre. Me ha defraudado mucho la peli. Si la puesta en escena no se acompaña de algo más, la película cojea.
Saludos y gracias por tus comentarios.
Realmente, no puedo estar más de acuerdo con tu parecer!
Las interpretacines son verdaderamente desafortunadas, exceptuando a Hilary Swank.
La trama carente de gancho, sin ritmo narrativo ni anda que se le asemeje. Una verdadera decepción tratándose de De Palma.
Eso sí, como apuntas, la ambientación es fabulosa. Respecto a ella hay un artículo magnífico de Boris Izaguirre en «Fotogramas».
Un saludo!