Director: Carlo Mazzacurati
Guión: Doriana Leondeff
Productor: Domenico Procacci (Produttore)
Montaje:Paolo Cottignola
Fotografia: Luca Bigazzi
Vestuario: Francesca Livia Sartori
Musica: Tin Hat
Año: 2007
PaÃs: Italia
Género: Drama
Elenco: Valentina Lodovini (Mara) Fabrizio Bentivoglio (Bencivenga) Giuseppe Battiston (Amos) Giovanni Capovilla (Giovanni) Ahmed Hefiane (Hassan)
La giusta distanza es una pelÃcula singular, tanto por la historia que se nos ofrece como por el emplazamiento lejos del poder centrÃpeto de Roma. La historia acontece en Concadalbero un pueblo del Norte de Italia, próximo a Milano, junto al RÃo Po, envuelto en brumas y vapores.
Allà un puñado de gente pasa su vida, unos trabajando en un taller, otros yendo a la escuela, o recogiendo motos desvencijadas de los caminos. El protagonista es Giovanni un joven avispado, al cual le gusta escribir. Su intrepidez le hará entrar en contacto con un prestigioso periodista de Milán, quien le publicará los artÃculos locales que el joven escriba, sin dar a conocer de entrada su identidad.
A ese pueblo, donde todos se conocen, y aman y odian, llega Mara una nueva profesora. Una atractiva treintañera soltera y dicharachera que se aburre como una ostra en ese paraje. El joven periodista, se hace con la contraseña del buzón de correo de la profesora y asà tendrá de primera mano información sobre cómo se siente la recién llegada, al escribirse esta casi a diario con una amiga.
Esa soledad, deja de ser tal, cuando la joven es espiada por un hombre del pueblo, Hassan, al que ella pilla escondido tras un árbol un dÃa que está en compañÃa de su amiga cenando. El susto es justificado, pero quizá sea porque Hassan tiene una mirada limpia o como mero pasatiempo, los dos acabarán poco después enlazando sus cuerpos, intercambiando fluidos, sin trenzar sus existencias con proyectos en común, ni te quieros estériles.
Mara sabe que su paso por allá será algo temporal, algo episódico y asà sucede cuando le avisan de que tiene que marchar antes de lo previsto. Ir a Brasil, marchar sola. Hassan la desea y la quiere tanto como para pedir su mano, sin que ella aturdida, sintiendo por él pensamos poco más que la pulsión sexual de quien necesita darse una alegrÃa al cuerpo de vez en cuando, le ofrezca un silencio como respuesta.
Ante el devenir de los acontecimientos el aprendiz de periodista se fajará con el caso, para llegar a unas conclusiones que le harán cumplir su sueño, pagando un precio por ello. Todo esto como consecuencia de no mantener la distancia justa, a la que alude el tÃtulo, esa que permite escribir un artÃculo con objetividad, sin implicarse demasiado, ni tampoco distanciándose tanto como para resultar patético.
Siempre hay una salida. Allá donde otros se dedican a beber, y a cimentar su estulticia, otros, buscan ampliar horizontes, labrarse un porvenir, no vociferando su incapacidad a la nada, o ingiriendo un nihilismo que los acaba devorando, sino actuando, moviéndose, fijándose un objetivo, un sueño y corriendo tras él.
La giusta distanza trata de manera sutil el tema del racismo, la problemática del desarraigo, la negación de la melancolÃa, los falsos prejuicios, todo ello plasmado con unas estupendas interpretaciones del trÃo protagonista, para pergeñar una historia que tiene vida propia, porque el texto toma vida y cuerpo en la expresión de los actores, en sus miradas, en sus gestos, en la forma de comunicarse, ofreciendo sus momentos divertidos pero amargos, como ese Apocalypse Now sobre el Po, donde los dedos acusadores ya sentencian antes que los jueces, pero donde a veces, no siempre, hay alguien que pone las cosas en su sitio, y va en busca de la verdad y llega a encontrarla.
Atención al actor Giovanni Capovilla que da vida a Giovanni asà como a la bella profesora interpretada por la actriz Valentina Lodovini (nominada a los premios David di Donatello por esta interpretación, donde la gran triunfadora resultarÃa La ragazza de lago) oriunda de Umbertide al ladito mismo de Città di Castello donde nació la Diosa Monica Bellucci