La herida (Fernando Franco 2013)

La herida

Película: La herida. Dirección: Fernando Franco. País: España. Año: 2013. Duración: 95 min. Género: Drama. Interpretación: Marian Álvarez (Ana), Manolo Solo (Jaime), Luis Callejo (Carlos), Andrés Gertrudix (Álex), Rosana Pastor (madre de Ana), Ramón Barea (Martín), Ramón Agirre (padre de Ana). Guion: Fernando Franco y Enric Rufas. Producción: Koldo Zuazua, Roberto Burtragueño, Samuel Martínez, Mario Madueño, Manuel Calvo y Fernando Franco. Música: Ibon Rodríguez. Fotografía: Santiago Racaj. Montaje: David Pinillos. Dirección artística: Miguel Ángel Rebollo. Vestuario: Eva Arretxe

La herida, abierta, es la que tiene en su interior Ana una joven, con trabajo, con familia, que decide hacerse daño física y mentalmente. La película nos muestra de manera explícita el sufrimiento de Ana, de quien apenas sabemos nada. Tan pronto está bien como se siente mal, se ahoga, y entonces solo ve salida a través del sufrimiento, a saber, usando su epidermis como cenicero o pedernal donde afilar las cuchillas. Trabaja en una ambulancia haciendo traslados. A la gente que traslada les da esperanza y cariño. ¿Entonces qué falla?. La relación con su madre se basa en el mutismo. La hija se encierra en su cuarto y su madre que ha tirado la toalla, prefiero eso a cualquier confrontación. Su padre, separado de su madre, se casa por segunda vez, y en la boda ella le dice que es un hijo de puta ¿por qué lo es?. No lo sabemos. Todo son preguntas sin respuesta en esta película.

En el terreno amoroso, convertido en aguas movedizas, ella se arrastra por el cieno, habla mucho con su chico, Alex, o mejor, con su contestador automático, y al final se encuentra con él para constatar que Alex pasa muy mucho de tener como compañera de viaje a una suicida en potencia.

Ana sale de fiesta, pilla una toña, coquetea, pero no remata. ¿qué falla?. No lo sabemos.

La película busca continuamente, en cada plano, la cara de la actriz Marian Álvarez (Ana) y así la vemos sufrir, llorar, ahogarse, encerrarse en su mutismo en su furia.

Como espectadores nos conformamos con eso, con constatar que hay gente que lo pasa mal, como esta joven, a la que aparentemente todo lo va bien, pues tiene familia, y trabajo, es agraciada fisicamente, pero que a pesar de todo busca su autodestrucción con saña.

Lo mejor de la película es Marian Álvarez, una actriz brillante. Quien guste del nihilismo y la desesperanza (si bien el final es abierto) encontrará aquí aguas fértiles en las que sumergirse, el resto, puede verla como una rareza, una muestra más de ese cine de independiente (como Canibal o El muerto y ser feliz), que apenas, logra llevar gente a los cines.

La herida la vieron el año pasado 12.000 espectadores en los cines en toda España. Una insignificancia. Espero que si resulta agraciada en los Goya con algún cabezón, pueda recaudar algo más.

Nuestra puntuación

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