Gaspar Noé, del que hace poco vimos Climax, sigue ofreciendo productos fÃlmicos interesantes. Aquà una producción de escasos 50 minutos. Duración poco habitual para una pelÃcula, aunque quizás esto se asemeja más a un falso documental. Una revisión de los viejos temas, que cambian en el tiempo y espacio pero se mantienen en su esencia. Hablamos de las brujas. Se propone una pelÃcula o más bien una secuencia con tres brujas en unas cruces y abajo una muchedumbre enfurecida, que vomita toda clase de improperios sobre ellas. Antes de la crucifixión, la cámara acelerada, el plano dividido en dos registra el trajÃn del rodaje, la lucha de egos entre la directora, las actrices, el director de fotografÃa, en una algarabÃa constante. A su vez una de las actrices interpretada por Charlotte Gainsbourg, ve como su intimidad se hace manifiesta cuando recibe una llamada de su ámbito familiar, que tiene que ver con su hija pequeña. Este frenesÃ, el climax ascendente, se culmina en los últimos diez minutos, con luces estroboscópicas machaconas que percuten pulverizando nuestra paciencia, merced a una continua fricción neuronal, que prosigue incluso durante los tÃtulos de crédito, como postrero calvario.
Lux Aeterna (Gaspar Noé)
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