Dirección: James Marsh.
Países: Reino Unido y USA.
Año: 2008.
Duración: 94 min.
Género: Documental.
Intervenciones: Philippe Petit, Jean-Louis Blondeau, Annie Allix, Jim Moore, Mark Lewis, Jean-François Heckel, Barry Greenhouse, David Foreman, Alan Welner.
Guión: James Marsh; basado en el libro «To reach the clouds» de Philippe Petit.
Producción: Simon Chinn.
Música: Michael Nyman y J. Ralph.
Fotografía: Igor Martinovic.
Montaje: Jinx Godfrey.
Diseño de producción: Sharon Lomofsky.
No hay un porqué. El prota, Philippe Petit, es un francés funambulista cuyo sueño era ir de una (de la extinta)Torre gemela a la otra (también extinta tras el 11-S) a 500 m de altura sobre el suelo de Nueva York.
Su sueño lo cumplió y estuvo allí a cielo abierto, dialogando con las gaviotas, durante más de media hora, haciendo acrobacias, vacilando a los policías encargados de detenerlo sin atraverse a subirse al alambre, los cuales no daban crédito de lo que veían.
La película, que es un documental, recopila los testimonios de quienes secundaron a Philippe Petit en su aventura. En el tramo final es cuando vemos el resultado de una operación que pudo llevarse a cabo con éxito, a lo que contribuyeron muchos factores, como ese policía que nos los vio al pasar delante de sus narices, al estar dormido o el poder recuperar parte del alambre que se les cayó.
El montaje hace que la exposición de los hechos sea interesante, sin dejarse llevar por el morbo o el efectismo gratuito. A ratos resulta apasionante pues hay que tener en cuenta que esto se hizo de forma ilegal, sin consentimiento alguno y todo el material se metió en las torres de tapadillo.
Los testimonios dan fe de lo difícil que fue tamaña empresa así como del apasionamiento de Petit, el cual tuvo claro que lo conseguiría y fue su determinación lo que animó al resto de sus compañeros en su misión, tras la cual nada volvería a ser lo mismo. Petit rompería con la que hasta entonces era su novia y con parte de sus compañeros. Petit pasó a ser famoso a nivel interplanetario, y su paseo entre las torres fue portadas de todos los periódicos (Diario Vasco incluido).
Interesante y ameno documental que demuestra los pocos límites que encuentra el ser humano cuando se propone algo. Lo mejor está en el final. La gente no se maravilló ante algo que era espectacular, algo poético y casi irreal, sólo querían saber por qué lo hizo. No hay porqué se cansó de repetir Petit. Algo similar dirán esos que se dejan la vida subiendo una montaña.
Vale la pena verla. Encontrarán algo diferente y singular y eso como espectador y ante un cine homogéneo ya es algo.