Cortometraje en el que vemos a una joven de 21 años que toma la decisión de abandonar el piso que comparte con otro chico para irse a vivir con su novia, en el barrio madrileño de Lavapiés.
Esta mudanza, que a priori ha ser ilusionante, no comienza con buen pie, pues no tardan en aparecer los primeros roces en la pareja. Es evidente que hay una gran distancia entre follar con alguien y compartir una vida juntos. Y cuestiones de higiene o de orden práctico pueden hacer aflorar las primeras discusiones, que el tiempo habrá de ir limando, en el mejor de los casos.
20 años es la edad del descubrimiento, del afianzamiento de la personalidad, del autoconocimiento, algo que explora con tiento este cortometraje de Magda.